Colaborador Invitado / Zoé Robledo: #3de3 vs. la burbuja

AutorColaborador Invitado

"¡10, 9, 8 ,7 ,6 ,5, 4 ,3, 2, 1, 0! ¡Bravo!", gritaron emocionados los diputados del PRI y del Verde cuando estaba a punto de cerrar la votación que sepultó el espíritu de la #Ley3de3 para siempre. ¿Cómo es posible tanta desfachatez? No sólo bloquear una iniciativa ciudadana sino, además, celebrarlo. Los diputados del PRI-Verde se burlaban de una sociedad que tan solo hace unas semanas los sacó del poder en 6 estados. ¿No entendieron nada? Es posible. El cinismo no es una cualidad espontánea; se necesita un historial amplio de desvergüenza para practicarlo con tanta naturalidad. Falsa conciencia ilustrada, así lo describió el filósofo alemán Peter Sloterdijk: "(el cínico) de una manera instintiva no entiende su manera de ser como algo que tiene que ver con ser malvado, sino como una participación en un modo de ver colectivo y moderado por el realismo". Bajo el disfraz de la política pragmática se esconde su propia incapacidad de reconocer su vocación cínica.

Lo que ocurrió con la #Ley3de3 revela lo obvio: Los políticos mexicanos vivimos bajo una burbuja. El poder tiene esa peligrosa manera de distorsionar el mundo; es fácil rodearse de la adulación y es fácil que uno se la crea. Cuando se votó la reserva al artículo 29 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos había una oportunidad de recuperar el contenido de la #Ley3de3. Y la mayoría dijo No. Cada tres años los políticos salimos a pedirles a los ciudadanos su voto por nosotros; ahora, por primera vez, los ciudadanos vinieron a pedirnos el voto a nosotros y el PRI y el Verde se los negaron. Cuando la sociedad nos exigió romper la burbuja, los políticos decidimos blindar sus paredes.

La #Ley3de3 era la aguja con la que la sociedad civil y la ciudadanía pretendían reventar esta pompa de jabón en la que vivimos y que nos hace gozar de privilegios. ¿Cuál ha sido nuestra respuesta? Una respuesta típica de un mundo que está aislado de su realidad: el cinismo descarado. La soberbia de decidir que desecharíamos su ley y que en su lugar seríamos nosotros los...

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