El Conacyt se aísla

AutorIsrael Sánchez

Con la actual contingencia sanitaria como justificación, el Conacyt ha aprovechado para desentenderse de una serie de pagos a organismos internacionales, a riesgo de aislar a México del ámbito científico.

Al menos así lo perciben algunos titulares de academias y sociedades nacionales que el pasado 9 de octubre fueron notificados por correo electrónico que la dependencia que encabeza María Elena Álvarez-Buylla dejaría de suscribir el pago de cuotas y membresías que los afiliaba a una docena de entidades con sede en diversos países.

"(Esto) derivado de los ajustes presupuestarios y la reorientación de los nuevos objetivos y las medidas necesarias para hacer frente a la pandemia de Covid-19", según se lee en el oficio enviado desde la Dirección de Cooperación Internacional de Conacyt, al que REFORMA tuvo acceso.

Así, por ejemplo, sociedades como la Mexicana de Física (SMF) o la Matemática Mexicana (SMM) no podrían seguir siendo parte de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (IUPAP) o de la Unión Matemática Internacional (IMU), respectivamente, lo cual implicaría perder el acceso a actividades -cursos, foros, talleres, premios-, redes e información mundial, así como a la canalización de recursos para la investigación desde la colaboración internacional. Pero, sobre todo, pondría en riesgo el intercambio constante de investigadores.

"Con esto, México queda prácticamente aislado del ámbito internacional", remarca en entrevista Tonatiuh Matos, presidente de la SMF, cuya afiliación a la IUPAP tiene un costo de 5 mil dólares al año, de los que Conacyt aportaba el 50 por ciento.

"Ahora no vamos a poder hacer nuevos intercambios (de investigadores) ni nuevas estancias, o que nos visiten y que los visitemos, que hagamos un congreso. Ya no vamos a poder participar con ellos. Ése va a ser el problema".

La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Susana Lizano, subraya que lo que está en juego no es la mera membresía de ciertas sociedades o academias, sino la participación misma de México en la ciencia internacional.

"Las academias somos nada más los vehículos para que se beneficie la comunidad científica mexicana.

"No es un beneficio particular de unos cuantos, sino de toda una comunidad -sobre todo de los jóvenes-, y que se distribuye, sin duda, a la sociedad mexicana a través de todos los programas de divulgación de la ciencia que hacemos todas las academias y sociedades", sostiene la física y astrónoma.

En su caso, le fue...

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