Confíe en la anestesia

AutorGeorgina Montalvo

Así como hay personas que no experimentan angustia alguna al estar acostadas sobre la plancha del quirófano y ver cómo les aplican la anestesia, existen quienes se oponen a abrir la boca para que el cirujano dentista les unte gel anestésico para extraerles una muela.

Cada paciente, un caso. Esta es la premisa que toda persona y su familia deben considerar cuando por su cabeza rondan ideas fatales sobre la aplicación de anestesia en cualquier procedimiento quirúrgico, coinciden José Antonio Castelazo Arredondo, presidente del Colegio Mexicano de Anestesiología, y Carlos Vargas Trujillo, anestesiólogo del Instituto Nacional de Cardiología.

De hecho, el riesgo de morir debido a la aplicación de la anestesia es el mismo que se tiene al abordar un avión, asegura Castelazo Arredondo, también jefe de Anestesiología en el Hospital Juárez de México.

En principio, los planes de anestesia para procedimientos quirúrgicos mayores (cirugía de corazón, de columna, de rodilla, entre otras) se realizan en función del objetivo médico y de las condiciones generales de salud del paciente.

Todo plan debe ser comentado con los pacientes o sus familiares para que conozcan lo que puede suceder después de la intervención y no hagan conjeturas erróneas porque, a veces, todos los síntomas postoperatorios se adjudican a la anestesia y no siempre es así, asegura Vargas Trujillo.

CADA VEZ MEJOR

La anestesiología es una de las especialidades médicas que están en continuo desarrollo, considera Castelazo Arredondo, de ahí que las técnicas y los fármacos empleados permitan mejores respuestas al dolor con menos efectos adversos.

El diseño de otros fármacos, como los relajantes musculares, también ha contribuido a hacer los procedimientos anestésicos más seguros.

"Antes de los relajantes musculares, debíamos recurrir a más anestesia para mantener relajado al paciente y en las condiciones para que pudiera ser intervenido. Y con su aparición se eliminó el uso de la anestesia para ese fin", ejemplifica.

Los ansiolíticos son otros grandes aliados para los anestesiólogos, agrega Vargas Trujillo; si el paciente se muestra demasiado ansioso antes de la intervención, es posible administrarle estos fármacos para tranquilizarlo un poco y así evitar la anestesia general, que suele tener efectos secundarios más incómodos.

La frase "se les pasó la anestesia" debería estar en desuso, comenta. Nada se aplica "a ojo de buen cubero", la cantidad a utilizar se calcula en función del peso...

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