Consideran estrategia política la santificación de mártires

The Wall Street

TEPATITLAN- En 1928, soldados del Ejército mexicano ahorcaron a Tranquilino Ubiarco en un árbol de eucalipto en las afueras de este pueblo. Ese mismo día, otro soldado que se negó a participar en la ejecución fue fusilado.

El árbol se murió poco después de tristeza, aseguran los lugareños.

El Papa Juan Pablo II canonizó el mes pasado al padre Ubiarco y a otros 24 mártires asesinados durante el llamado conflicto Cristero, entre el joven y Estado revolucionario mexicano y la Iglesia Católica.

El ejemplo de los mártires, dijo el Papa debería ayudar a los mexicanos a "seguir transformando la sociedad mexicana para que en ella reine la justica, la fraternidad y la armonía entre todos", indicó el Papa ante miles de peregrinos mexicanos, que acudieron a la Plaza de San Pedro a presenciar el acto.

Y si bien se podría pensar que las canonizaciones representarían el punto final de un sangriento capítulo de la historia mexicana, muchos las ven, en el contexto de las próximas elecciones, como una venganza de Roma.

Las canonizaciones no pudieron haber sido anunciadas en peor momento para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), fundado en los 1929 por esos mismos revolucionarios anti clericales.

Ahora, Francisco Labastida, el candidato presidencial del PRI, parece en dificultades para mantener el control que su partido ha detentado durante 71 años sobre la presidencia, frente a Vicente Fox, el candidato del centro derechista Partido de Acción Nacional, una agrupación con profundas raíces católicas.

La decisión del Papa "demuestra que la Iglesia Católica ha perdido todo respeto por el Estado mexicano", se queja Francisco Arroyo, representante del PRI en Guanajuato, el estado natal de Fox y punto de origen del conflicto Cristero.

"Este Papa nunca hace nada sin motivo", indica Arnoldo Cuellar, un influyente columnista en Guanajuato.

Cuellar piensa que Juan Pablo II está tratando de bajarle el telón al PRI, de la misma forma en que lo hizo hace una década con los ateos soviéticos.

La Iglesia Católica ha asegurado al Gobierno mexicano que su único interés es"salvar almas, no meterse en política.

Asimismo, ha indicado que su calendario sacro no tiene nada que ver con el cronograma electoral mexicano y que, de hecho, las canonizaciones comenzaron a planificarse hace años, mucho antes de que Fox apareciera en escena.

Este debate subraya a menudo la explosiva relación entre la Iglesia y el Estado en México. En 1810, el párroco Miguel...

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