Contracorriente / Los medios (de comunicación y exterminio) masivos

AutorFarid Kahhat

La metáfora implícita era la de una pirámide en cuya base se encontraban individuos sin relación entre sí, salvo por su común subordinación a un poder omnímodo ubicado en el vértice de la pirámide (Vg., "El Gran Hermano te Vigila").

Sin embargo, cuando surgieron las nuevas tecnologías de la informática y las telecomunicaciones, no pocos les dieron la bienvenida como instrumentos de emancipación social: estas permitían a cualquier individuo brindar y obtener información y análisis a nivel mundial y en tiempo real, virtualmente desde cualquier rincón del planeta. Más aun, tales comunicaciones no requerían de la mediación de ninguna fuente de poder, sea esta formal (el Estado, cuyo control sobre ellas tendía a menguar), o informal (Vg., los medios de comunicación masivos o las corporaciones transnacionales).

Lo cual permite explicar, por ejemplo, la cobertura mediática que alcanzó la reciente represión contra las manifestaciones pacíficas en Myanmar: no era la primera vez que hechos de esta índole ocurrían, pero si era la primera vez en que las propias víctimas podían darlos a conocer al mundo. Y no a través de los medios de comunicación de masas (que, a fin de cuentas, están bajo el control del Estado que los reprime), sino merced a medios más prosaicos, como teléfonos celulares provistos de cámaras de video, cuyo contenido podía ser transmitido vía satélite, o a través de internet.

Este hecho es importante por que, por ejemplo, Michael Walter sostiene que el criterio clave para establecer si los crímenes cometidos dentro de un Estado ameritan o no una intervención humanitaria, debería ser si estos "suponen una conmoción para la conciencia moral de la humanidad". Pero la "conciencia moral de la humanidad" sólo podría ser "conmovida" por aquellos crímenes sobre cuya ocurrencia exista una información veraz. Y sólo podrá hacerse algo respecto a ellos si esa información es oportuna.

Lamentablemente el que hoy en día exista información veraz y oportuna sobre los crímenes de lesa humanidad, no implica que el común de los mortales acceda a ella o que exista una presión significativa sobre la denominada "comunidad internacional" (en buen romance, la ONU y, en particular, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad), para que haga algo al respecto.

Por ejemplo, a diferencia de la invasión iraquí de Kuwait o la "limpieza étnica" en Kosovo, la guerra civil (con intervención internacional) en el Congo virtualmente pasó desapercibida fuera del...

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