CONTRACORRIENTE / La Unión Europea y el Medio Oriente

AutorFarid Kahhat

En días pasados la Unión Europea (UE), adoptó dos decisiones significativas respecto al Medio Oriente.

La primera es la directriz de la Comisión Europea que excluye de cualquier subvención, beca o ayuda financiera provenientes del presupuesto de la UE a instituciones israelíes que operan en los territorios palestinos ocupados.

Para tener una idea de los montos involucrados, en el programa plurianual 2007-2013 Israel obtuvo unos 750 millones de euros. La decisión no afecta los acuerdos comerciales entre la UE e Israel, ni impide a los Estados que la conforman (ni a las empresas afincadas en ellos), mantener con Israel el tipo de relaciones que juzguen convenientes.

La directriz deja pues intactas la abrumadora mayoría de las relaciones económicas entre la UE e Israel. Pero no es en la magnitud del efecto en donde radica la novedad.

El punto es que, bajo el derecho internacional, los hechos fundamentales del conflicto entre israelíes y palestinos nunca fueron objeto de controversia. Por ejemplo, tanto las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (en donde cuentan con poder de veto aliados de Israel tales como Estados Unidos y Gran Bretaña), como una opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, denominan a Israel "Potencia Ocupante" y a Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental, "territorios ocupados".

Y la resolución 446 del Consejo de Seguridad: "Declara que la política y las prácticas de Israel de crear asentamientos en los territorios palestinos y otros territorios árabes ocupados desde 1967 no tiene validez legal y constituyen un serio obstáculo para el logro de una paz completa, justa y duradera en el Medio Oriente".

Esa es por lo demás la posición oficial tanto de los Estados Unidos como de la Unión Europea, pero hasta ahora no habían hecho nada al respecto: la novedad radica en que por primera vez desde la adopción de esa resolución en 1979, la Unión Europea impone a Israel un costo por infringir normas de derecho internacional.

El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, respondió a la directriz diciendo que "es Israel y no la comunidad internacional quien determina sus fronteras". Como si todos los Estados tuvieran la obligación de reconocer las fronteras que uno de ellos traza unilateralmente, sin mediar tratados de límites con sus vecinos, o un fallo de la Corte Internacional de Justicia en caso de controversia. De cualquier modo, lo dicho por Netanyahu es irrelevante dado que, salvo en los casos de Egipto y...

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