Contracorriente / Merkel y Europa

AutorFarid Kahat

¿Qué tan diferente podría ser la política hacia Europa del nuevo Gobierno de Ángela Merkel? Quienes creen probable un cambio en esa política, han apelado en forma reiterada a nuestra paciencia. Primero nos sugerían esperar hasta la realización en Septiembre de 2013 de elecciones generales programadas en Alemania. Pero esas elecciones no produjeron uno de los dos desenlaces que habrían permitido la formación temprana de un nuevo gobierno (es decir, una mayoría en solitario de la Democracia Cristiana, o que el Partido Democrático Liberal transpusiera el umbral del 5 por ciento de los votos, lo cual le habría permitido seguir siendo parte de un gobierno de coalición). Luego entonces había que seguir siendo pacientes, y esperar hasta la formación de una nueva coalición de gobierno.

Ello ocurrió en diciembre pasado, pero ahora algunos sugieren que deberíamos esperar a que se despejen los nubarrones nacionalistas que penden sobre las elecciones para el Parlamento Europeo en Mayo de 2014. Sólo entonces sabremos que tanto (o que tan poco), estaría dispuesta Ángela Merkel a transitar por el camino que le sugieren diversos interlocutores.

¿Cuál sería ese camino? Parece haber acuerdo entre el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea, y el socio de su nueva coalición de gobierno (el Partido Socialdemócrata), en que los superávits comerciales y la relativa escasez de demanda en Alemania crean externalidades negativas para Europa y el resto del mundo. Por ello la Comisión Europea le ha recordado que su mandato incluye velar por reducir los desequilibrios económicos en la Unión Europea, y que estos se producen no sólo cuando un Estado padece elevados déficits fiscales o comerciales, sino también cuando tiene superávits comerciales elevados y sostenidos (específicamente, por encima de 6 por ciento del producto).

Ante la respuesta airada de algunos de sus políticos, el diario alemán Der Spiegel mencionó que "olvidan que ellos mismos se han dado la regla de vigilar los superávit comerciales desmedidos".

Podría argumentarse que esos superávits son el resultado de la mayor productividad de la economía alemana, y que su reducción podría beneficiar a terceros antes que a sus socios dentro de la Unión Europea. Pero hay antecedentes que permiten dudar en parte de esos argumentos. De un lado, según datos de la revista Política Exterior, la Unión Europea representa alrededor de un 70 por ciento del comercio...

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