Cómo convertirse en potencia

AutorHernán Gómez Bruera

La elección de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos en 2016 despertó una ola de euforia en México y el mundo. Ensimismada en sus pequeños universos, nuestra clase política de pronto descubrió que Brasil nos había aventajado en más de un rubro. Así, hoy todos quieren saber cuál es la "clave del éxito" de ese país. Como si existiera una sola y sencilla explicación, un atajo o un camino fácil al desarrollo, se ensayan diversos argumentos -muchas veces antagónicos-, para explicar las conquistas de una nación que algunos ven instalada ya en la órbita del primer mundo. ¿Qué llevó al gigante del sur a aparecer en la posición que hoy disfruta?

Avances y logros

En septiembre de 2008 la crisis sorprendió a Brasil con un crecimiento del 6.8 por ciento de su Producto Interno Bruto. Cuando Europa y Estados Unidos se dirigían irremediablemente a la recesión, un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos publicado a principios de 2009 señalaba que éste sería el único país capaz de salvarse de una fuerte desaceleración. Los pronósticos se cumplieron: el año pasado Brasil sólo registró una caída moderada en su PIB, con lo que no entró oficialmente en recesión. En un documento publicado en octubre, el Fondo Monetario Internacional calculaba que al cierre del año la tasa de crecimiento acumulada de Brasil se situaría en -0.6 por ciento, cuando otros países registrarían caídas significativamente mayores; para México, por ejemplo, se pronosticaba un decrecimiento del -7.24 por ciento. Brasil sigue siendo una de las economías que más crecen en el mundo occidental y, para el futuro cercano, las previsiones son entusiastas: según el propio FMI, si persiste la tendencia actual podría ser la quinta economía del mundo en el 2014.

Por la dimensión de su territorio, población, riquezas naturales y tamaño de su economía, Brasil siempre ha sorprendido con sus números. Incluso, aparece entre sus vecinos como uno de los primeros en casi todo. Ningún otro país tiene tantas reservas de agua y tierra sin explorar y no son muchas las naciones que están hoy en la posición de satisfacer la creciente demanda de commodities de los mercados asiáticos, especialmente de China.

Brasil es líder mundial en producción de soya, café, jugo de naranja, maíz, caña de azúcar, celulosa y madera; es también un gran generador de biocombustibles -etanol y biodiesel- y se perfila, a partir de recientes hallazgos de crudo en aguas profundas -el llamado Presal- como el sexto país petrolero del planeta con un potencial de producción para 2020 de 5 millones de barriles diarios.

Naturalmente, el crecimiento de las economías asiáticas, el dramático incremento en los precios de los alimentos y el hallazgo de ingentes cantidades de petróleo cuando los tradicionales productores comienzan a mostrar señales de agotamiento, ha colocado al país en una situación de privilegio. Pero no todo es regalo de la naturaleza ni resultado de una coyuntura económica favorable.

En Brasil abundan los alimentos, sí, pero no sería un gran exportador de éstos si no hubiera desarrollado una agricultura moderna y mecanizada con significativas subvenciones estatales. La nación ha sido agraciada al encontrar petróleo de calidad, sí, pero muy probablemente los hallazgos no se hubieran producido si durante los últimos siete años Petrobras no hubiera triplicado los recursos que destinaba a investigación y desarrollo, con un decidido esfuerzo en exploración de nuevos yacimientos.

Brasil tiene también una industria dinámica y al menos 40 grandes empresas que compiten en los mercados mundiales. Capitales mayoritariamente brasileños controlan, por ejemplo, la compañía Vale, una de las cuatro mineras más grandes del mundo que está presente en cinco continentes; el Grupo Gerdau, la segunda siderúrgica en Estados Unidos; Embraer, la tercera fábrica de aviones a nivel mundial (la cual ensambla aviones en Estados Unidos y recientemente en la Manchuria China); JBS-Friboi, líder mundial en venta de frigoríficos o Sabó, una empresa de autopartes presente en 30 países. Petrobras, la más conocida, trabaja en 27 países y ha aparecido recientemente como la tercera mayor empresa en Estados Unidos de acuerdo con su valor total en el mercado.

Los éxitos de Brasil tienen que ver con una compleja combinación de factores donde incide la capacidad de osar e inventar, de sortear algunas imposiciones ortodoxas con políticas heterodoxas y de insertarse en la globalización con astucia y habilidad. En el escenario internacional, Brasil escapa de la lógica de aquellos que creen que se puede adquirir grandeza por contigüidad.

En el mundo del futbol se sabe que Brasil es un equipo que toma precauciones, mira al rival y trabaja sobre sus debilidades. Sucede que en materia de futbol Brasil es tan grande que, aun jugando como equipo chico, logra imponerse.

En sus éxitos y en sus fracasos, mucho ha tenido que ver la existencia de un Estado fuerte que ha podido serlo porque es fiscalmente fuerte. Con una carga impositiva del 36 por ciento del PIB (en Estados Unidos es del 28 y en México del 12 sin contar el petróleo), Brasil es el país que más recauda impuestos en América Latina. En un número especial dedicado...

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