DE CONVICCIÓN LIBERAL / Aranceles Trump

AutorRoberto Newell

En un futuro no muy remoto, los "Aranceles Trump" serán sinónimo de "sandez económica colosal." En futuros textos de economía, ciencias políticas y psicología(!) sesudos analistas explorarán las presiones emocionales que llevaron a Trump a implantar una medida tan contraria a lo que el sentido común y la economía dictan.

Imponer aranceles al acero y al aluminio es una medida que no hace sentido. Lejos de crear empleos o fortalecer a la economía, los aranceles propuestos debilitarán la competitividad de sectores americanos que son intensivos en el uso de estos metales.

Cierto, la medida favorecerá a las empresas que producen acero y aluminio en los EUA. Pero, perjudicará a las empresas del resto del mundo que exportan estas materias primas a EUA, incluyendo varias mexicanas, y perjudicarán a las empresas americanas que usan estos insumos en sus cadenas de valor, debilitando su competitividad frente a la oferta de productos del resto del mundo. Trump acaba de meter un gol en su propia portería.

El anuncio de Trump provocó gran revuelo. Entre otras cosas, reveló que en la Casa Blanca y en el gabinete de Trump están en ascenso las facciones que favorecen tesis proteccionistas.

Ganaron Trump y otros proteccionistas como Wilbur Ross y Robert Lighthizer. Perdieron los que sostienen tesis liberales tradicionales.

Por ello, en Washington corría el rumor que Gary Cohn, la cabeza del National Economic Council y una de las últimas voces en la Casa Blanca a favor del comercio internacional, pronto dejaría la Casa Blanca. El martes por la tarde Cohn renunció.

El anunció de Trump alarmó a los mercados de capitales y a la mayoría de los legisladores Republicanos, que en su mayoría todavía apoyan el libre comercio. También tomó por sorpresa a los líderes del partido Republicano, quienes se quedaron al margen de la decisión de Trump.

El anuncio también alarmó y sorprendió a los gobernantes de economías exportadoras de acero y aluminio, entre las cuales hay varias que tradicionalmente han sido socios comerciales de EUA, como Canadá, la Comunidad Europea, Corea y México. Ninguno de los gobernantes de estos países seriamente pensó que Trump fuera a cometer un error tan grande.

Varios líderes internacionales no tardaron en responder. Por ejemplo, el Presidente de la Comisión Europea amenazó implantar medidas retaliatorias que castigarían los intereses económicos de los aliados políticos de Trump.

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