COORDENADAS / Complejo de culpa

AutorEnrique Quintana

Hace 30 años, en 1980, el producto por persona en México -calculado en dólares ajustados a la paridad de poder de compra- era 114 por ciento superior al que existía en Corea del Sur.

Adivine cuál es ahora la proporción.

Acertó. Este año, el producto generado por cada coreano será 108 por ciento superior al producido por cada mexicano.

Pero quizá uno piense que el caso coreano es demasiado distante.

¿Qué le parece si nos comparamos con España?

En 1980, el producto per cápita de los españoles ya era superior al de México en 48 por ciento. Pues con todo y la grave crisis que aqueja hoy a España, en este año esa proporción se habrá multiplicado por más de dos veces, y llegará a 108 por ciento.

Tal vez el problema es que nos estamos comparando con países que viven una realidad muy diferente a la que tenemos en América Latina. Así que acerquémonos a la región.

En 1980 en Chile, 7 años después del golpe militar de Pinochet, tenían un PIB por persona que era 43 por ciento inferior al que teníamos en el México del boom petrolero.

Al paso de 3 décadas, el PIB per cápita con el que van a cerrar los chilenos el 2010 será superior en 5 por ciento al que se estima para México.

Quizá sea más bien un asunto del vecindario. Tal vez la influencia de Estados Unidos nos crea desventaja. Comparémonos entonces con los vecinos del norte.

El PIB por persona norteamericano es de los mayores del mundo, y en 1980 ya era superior en 2.5 veces al que teníamos en México. Bueno, pues en el 2010 esa proporción ya habrá crecido a 3.3 veces.

No tomo otros casos para no cansarlo con más cifras.

Pareciera que tenemos algo genético que nos impide tener un crecimiento económico que se equipare al de otros países.

Pero, como los coreanos o los chilenos, tenemos dos ojos, un cerebro con dos hemisferios, y además, como dirían los nacionalistas de viejo cuño, nuestro Himno nacional es de los más hermosos del mundo, ya somos bicentenarios y hasta la comida mexicana es patrimonio de la humanidad.

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