Coordenadas / La deuda y el IMSS

AutorEnrique Quintana

Más allá todavía, el resultado será muy relevante respecto a la posibilidad de poner un límite a la facultad que tienen los directivos de empresas estatales o sus órganos de dirección para endeudarse sin ningún control del Congreso.

Pero, vamos por partes.

Los procedimientos para la contratación de la deuda pública por parte del Gobierno son, en términos generales, rigurosos. Implican la autorización del Congreso.

Claro que en el pasado eso no fue obstáculo para que el Gobierno contratara deuda al gusto y luego a la hora de presentar la Cuenta Pública se justificara con cualquier razón el que se había rebasado el tope impuesto por los legisladores.

Pero desde 1997, con un Congreso sin mayoría absoluta del partido que controla el Ejecutivo, esto no ha ocurrido. Ya no sería tan fácil justificar haber rebasado los topes autorizados y los funcionarios podrían ser sujetos a sanciones.

Aun en el caso de los Pidiregas, en los que se contrata una deuda contingente, también se requiere que el Congreso dé el visto bueno y se está reportando trimestralmente cómo va esta deuda.

Vaya, incluso en el polémico caso del rescate bancario, que tantos conflictos generó, el IPAB tiene que estar reportando trimestre a trimestre cuál es la evolución de sus pasivos y sus activos, y también su endeudamiento depende del Congreso.

Pareciera entonces que el Estado tiene los suficientes candados para impedir el endeudamiento incontrolable.

Pues no, resulta que hay una puerta bien ancha por la cual la deuda puede dispararse casi sin que nos demos cuenta.

Se trata de las negociaciones con los sindicatos del sector público, tanto las de las empresas paraestatales como las del Gobierno central.

Cuando en una negociación laboral se establecen compromisos, sea del Gobierno o de las empresas del Estado, con un tratamiento específico para las pensiones de los trabajadores, se está incurriendo en una obligación de pago, del mismo modo que ocurre cuando se coloca un bono o cuando se contrata un crédito bancario.

Y, este endeudamiento, aunque no se le llame así, genera una deuda que es tan deuda como la que más y no tiene más control que lo que los Consejos de Administración de las empresas estatales definen o bien los propios criterios que establece el Gobierno central.

Los directores generales y los Consejos que en el pasado estuvieron al frente del IMSS, Pemex, CFE, Luz y Fuerza, etcétera, fueron los responsables de contratar la deuda que hoy ahorca a algunas de estas...

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