Coordenadas / El magnetismo de los líderes

AutorEnrique Quintana

Las investigaciones han demostrado que alrededor del 30 por ciento de la gente responde a tratamientos antidepresivos tan bien con placebos como con antidepresivos reales.

¿Qué es lo que permite que una pastillita de azúcar funcione tan bien como una droga potente?

La respuesta ha sido investigada por estudiosos diversos y una de las corrientes que más la ha elaborado es la sicoanalítica. De hecho, en buena medida, la terapia misma del psicoanálisis deriva de la existencia de ese fenómeno que denominan "transferencia".

En el Harvard Bussines Review de octubre Michael Maccoby presenta un texto denominado: "Por qué la gente sigue al líder: el poder de la transferencia".

Aunque el ámbito del análisis presentado se refiere a las empresas y su mundo interno, en realidad se puede extrapolar también a la política.

Los líderes, para serlo, necesitan seguidores. La atracción de los liderazgos tiene dos componentes, uno de carácter racional y otro más bien instintivo.

Podemos seguir a alguien porque esperamos que nos conduzca a ganar dinero, obtener estatus o poder, sabiduría, etc. Es decir, hay razones objetivas que nos motivan a subordinarnos.

Pero, hay otro ingrediente que muchas veces es descrito como carisma y que no está relacionado directamente con cualidades objetivas sino son algo que parece magnético en la personalidad del líder.

El fondo de la transferencia tiene que ver con el hecho de que la gente transfiere experiencias y emociones de relaciones pasadas hacia el presente.

En los textos del fundador del psicoanálisis, el caso más conocido de esta transferencia se presentó como el enamoramiento de las pacientes hacia el sicoanalista y el presunto desplazamiento de la figura paterna hacia el analista.

Más allá del carácter controversial de los planteamientos de Freud, lo que sin duda resulta cierto es que en el mundo de las empresas o de la política, muchas ocasiones las conexiones emocionales que se establecen replican relaciones pasadas.

Por ejemplo, algo muy usual es la "figura paterna" que encarnan los jefes.

Una de las implicaciones de este hecho es que los subordinados que así ven a sus superiores tienden a perder la objetividad respecto a sus cualidades y defectos. De la misma manera que ven con sesgo los atributos de su padre, lo hacen con el jefe.

Maccoby caricaturiza esta pérdida de objetividad recordando la película "Un jardinero con suerte", en el que el personaje principal, encarnado por Peter Sellers, un hombre con...

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