Corre peligro en CA proyecto antinarco

AutorRafael Mathus Ruiz

Corresponsal

NUEVA YORK.- Aunque la iniciativa contra el crimen organizado que comenzarán a discutir en junio los países centroamericanos luce como un buen paso para combatir este flagelo, expertos afirman que las grandes diferencias económicas y políticas entre las naciones involucradas, así como la enorme cantidad de inversión que se requeriría para que funcione hacen dudar sobre su éxito.

Guatemala será la sede de una cumbre del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en la cual los gobiernos de la región intentarán pulir los detalles del plan, que pretende no sólo ampliar las acciones policiacas contra la delincuencia, sino propiciar las condiciones sociales y económicas para que ésta no prospere.

Ese plan, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea, daría lugar al primer esfuerzo multilateral en la región para contener el flagelo de la narcoviolencia, una suerte de réplica -con variantes, más compleja y cargada de desafíos- del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida.

"Los obstáculos son considerables porque la coordinación es complicada. Hay muchas manos metidas en esto, además de que los grados de compromisos son diferentes", apuntó a REFORMA Kevin Casas Zamora, experto para América Latina del Instituto Brookings.

El Salvador, Honduras y Guatemala son los países más violentos del planeta fuera de zonas de guerra o conflicto. Costa Rica, una de las democracias más antiguas del mundo, y Panamá están en una mejor situación económica e institucional, pero, aún allí, el crimen ha aumentado.

Según cifras de la ONU, Centroamérica tiene la tasa de homicidios más alta de América Latina, un fenómeno vinculado con el creciente narcotráfico.

Casas Zamora indicó que la idea de implementar un plan regional es, en teoría, buena, pero que en la práctica, por el momento, es más bien "una carta con una serie de pequeños proyectos que han presentado los países con la intención de que la comunidad internacional los financie".

Shannon O'Neil, analista del Council on Foreign Relations, indicó que el principal punto a favor del plan es que intenta ofrecer una respuesta transnacional a un problema transnacional, como lo es el narcotráfico.

"El inconveniente es que a pesar de que existen similitudes entre las naciones, los gobiernos y los aparatos de seguridad son diferentes. ¿Cómo coordinas la respuesta a lo largo de cinco países con diferentes democracias, desafíos y recursos? Es muy complejo", completó.

Otro punto es el financiamiento...

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