Cri Cri y los Reyes Magos

AutorBarbara Sánz de Topete

El grillito Cri Cri escuchó un ruido extraño y se asomó por la ventana.

- Yo creo que me lo imaginé -dijo en voz alta al no ver a nadie, así que regresó a su piano, intentando retomar sus pensamientos.

Escuchó entonces un sonido como de cascabeles.

- ¡Qué raro!

Nuevamente se asomó a la ventana. La noche estaba linda, muchas estrellas brillaban y aunque hacía bastante frío, se sentía cierto calorcito, como cuando uno está acompañado.

- ¡Ay, pero qué tonto soy! No hay nadie aquí.

Justo entonces vio una sombra enorme en el patio.

- ¡Oh! ¿Qué podrá ser?

La luz de la luna proyectaba algo enorme que seguramente estaba en el techo de la casa del grillito. La sombra se movía de un lado a otro ¡era gigantesca! Después apareció una segunda sombra con una figura tan extraña que Cri Cri no podía imaginarse qué podría ser.

Tratando de explicarse lo que sucedía, Cri Cri permaneció mirando con atención cuando entonces apareció una tercera sombra.

- ¡A ésta sí le veo forma de algo! ¿Pero de qué?

El sonido de cascabeles se acentuaba cada vez más.

- No puedo estar soñando, de todas maneras me pellizcaré para estar seguro de que esto no es una pesadilla.

- ¡Ay! -gritó el grillito. Pues estoy bien despierto y las sombras extrañas continúan moviéndose en el patio de la casa.

- ¡Ya sé!, las atacaré con una escoba.

Para Cri Cri, éste es el artefacto más peligroso que hay, porque a él muchas veces lo han perseguido a escobazos. Así que se armó de valor y, decidido, salió al patio...

Aferrándose a la escoba buscaba con la mirada cualquier cosa que pudiera parecerle sospechosa. De pronto los vio: ¡Ahí estaban los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar!

Las enormes sombras que Cri Cri había visto eran precisamente del elefante, del camello y del hermoso caballo.

El grillito no lo podía creer, estaba sorprendido de que estuvieran en el patio de su casita

- ¡Qué emoción que hayan venido! -dijo con un hilito de voz. ¿Quieren pasar por favor? Los reyes sonrieron.

- Gracias Cri Cri, pero vamos camino a Belén para ver al niño Jesús. ¿Quieres venir? ¿Yo? Pero si sólo soy un pequeño grillo cantor. Se nos ha ocurrido que podemos llevarte para que arrulles al niño.

- ¡Voy con ustedes con mucho gusto!

El grillito trepó al elefante.

- Que emoción, viajaré en paquidermo. Pero después de un...

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