La crítica implacable

AutorREFORMA / Staff

"Ver, estudiar y sacar conclusiones", era la clave de Raquel Tibol como crítica de arte, una labor que ejerció por seis décadas y que la colocó como figura imprescindible de la cultura mexicana de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI.

Raquel Rabinovich nació en Argentina en 1923, llegó a México en 1953 invitada por Diego Rivera, y se nacionalizó en 1961. Se convirtió en autoridad en su materia. Implacable, directa y polémica, pero siempre escuchada y respetada; alejada de la complacencia y abierta al debate.

Días atrás, Elena Poniatowska la definió como una mujer muy temida por sus juicios, y también muy exacta en sus opiniones.

A Tibol, nunca le tembló la mano a la hora de opinar sobre el arte, la cultura o el poder.

México está invadido de obras falsas y negocios "chuecos" en el arte, así como de intelectuales que se dicen independientes cuando en realidad se arrastran a los pies del poder, señaló Tibol en una charla en la Galería del Centro Cultural del Bosque en 2005.

Para ella, el gobierno había creado el Conaculta para tener a la cultura y a las artes dentro de la órbita del presidencialismo.

En 2007, Tibol entró en polémica con el INBA cuando cuestionó dos obras de la exposición Frida Kahlo. 1907-2007. Homenaje nacional, el Retrato de Isolda y Retrato de Alejandro Gómez Arias, por considerar ambas piezas falsas y pidió descolgarlas.

Nunca se dejó apabullar y expresó sus ideas ante los más poderosos, como Octavio Paz o Carlos Slim.

A Paz le recomendó que ya no escribiera sobre artes plásticas, porque simplemente no era lo suyo y sólo hacía amiguismo y poética de ocasión.

Y, tras la inauguración del Museo Soumaya en 2011, Tibol aseguró que las piezas exhibidas no estaban bien mezcladas y varias de ellas eran falsas.

"Como tiene todo el dinero del mundo, (Slim) tendría que convocar una comisión de lo más seria, contratar a los curadores más serios del mundo donde los encuentre, Alemania, Francia, España, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, donde sea; una comisión que le revise y le saque los falsos", señaló.

Para Tibol, un aspecto criticable en el país era el fenómeno del amiguismo, al que siempre condenó.

"'Ese crítico es muy amigo y me entiende perfectamente', dicen los artistas. En el siglo pasado había una escritura objetiva, que no revelaba la amistad con el pintor. Ahora, inclusive una gente como Juan

García Ponce no deja de insistir en sus escritos en el factor de relación amistosa con el...

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