Cuchara del Lector

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Al viejo estilo

Recuerdo que hace algunos años, el maestro Germán Dehesa, en su columna Gaceta del Ángel que todos los días disfrutaba muy temprano, narraba una anécdota que vivió en tiempos del presidente López Portillo. Decía que había ido con un grupo de gente a Los Pinos a tratar algunos asuntos con el Mandatario, y cuando ya iban de salida, luego de despedirse de él con toda las ceremonias que se estilaban en su tiempo, de pronto escucharon la voz del Presidente que ordenaba: "Espérense. Quiero que me vean montar". Y, en medio de su asombro, se quedaron parados todos, esperando que le trajeran el caballo al Presidente, que lo montó y se paseó en el animal, y después les dio "permiso" de que se fueran.

Creo que revivimos todos los mexicanos los típicos rasgos rancios del priismo que confirman que el viejo PRI está más vivo que nunca. El Presidente, de la noche a la mañana, quiso su fiestecita con avioncitos y soldaditos, y cerró el aeropuerto importándole un comino el resto de los mexicanos que se vieron afectados por este caprichito.

En descargo de López Portillo puedo decir que era hombre de su tiempo, en el que el Presidente era un dios, pero de Peña, me da pena que no entienda que México ya cambió y que ahora vive un ateísmo presidencial.

FERNANDO NIETO REYES

Gustavo A. Madero

México heredado

Lamentablemente, en buena parte, si es que no en la mayoría de los procesos jurídicos, sociales y políticos, vivimos una cultura de falta de cumplimiento a las leyes y al orden establecido. Como ejemplos tenemos la actitud de la CNTE, los moches de diputados, la falta de reconocimiento al resultado de las elecciones, la no aceptación de los resultados a las votaciones en las Cámaras federales de senadores y diputados, los autodenominados grupos de autodefensa y una larga lista de etcéteras. Incluso, para los simples juicios civiles, penales y mercantiles, entre los abogados se estila la frase "las leyes se hicieron para violarse o darles la vuelta". Me pregunto, con toda...

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