'Cuentan que una noche...'

AutorTaydé del Río

Fotos: Gabriela López Ayala

Para nadie es secreto que una de las riquezas de México son sus leyendas, siempre impactantes y bellas.

Es por eso que M Magazzine invitó a Éric del Castillo, Daniela (de Kabah) y Mariana Levy a recrear tres de las más famosas leyendas mexicanas.

Los tres participaron gustosos, aun cuando en algunos casos la caracterización los cambió por completo. He aquí el resultado.

(Se sugiere la lectura de ellas y el disfrute de las fotos con un rico chocolate y un sabroso pan de muerto)

La Llorona

Daniela

Del Grupo Kabah

"Al llegar los españoles e iniciada La Conquista, una mujer igualmente vestida de blanco y con las negras crines de su pelo tremolando al viento de la noche aparecía (....) y cruzaba calles y plazuelas para lanzar ese grito lastimero que hería el alma.

"'¡Aaaaaaay, mis hijos!, ¡aaaaaaay, mis hijos!'.

"(...) Todos convinieron en que se trataba de un fantasma errabundo que penaba por un desdichado amor".

La Llorona

(A partir del libro "Leyendas Mexicanas de Antes y Después de la Conquista", de Carlos Franco Sodja)

Los cuatro sacerdotes aguardaban espectantes. De pronto estalló el grito...

Era un alarido lastimoso, hiriente, sobrecogedor (...).

Cuando se hubo opacado el grito y sus ecos se perdieron a lo lejos, por el rumbo del señorío de Texcocan todo quedó en silencio, sombras ominosas huyeron hacia las aguas hasta que el pavor fue roto por algo que los sacerdotes primero y después Fray Bernardino de Sahagún interpretaron de este modo.

"Hijos míos... amados hijos del Anáhuac, vuestra destrucción está próxima...".

(...) Aquella fantasmal aparición que llenaba de terror a las gentes de la Gran Tenochtitlan, era la misma Diosa Cihuacoatl, la deidad protectora de la raza (...)

Al llegar los españoles e iniciada La Conquista, según cuentan los cronistas de la época, una mujer igualmente vestida de blanco y con las negras crines de su pelo tremolando al viento de la noche, aparecía por el Sudoeste de la Capital de la Nueva España y tomando rumbo hacia el Oriente cruzaba calles y plazuelas (...) para lanzar ese grito lastimero que hería el alma.

¡Aaaaay, mis hijos!, ¡aaaaay, mis hijos!

(...) Convinieron en que era un fantasma errabundo que penaba por un desdichado amor, bifurcando en mil historias los motivos de esta aparición...

El Armado

Éric del Castillo

"A esta calleja triste y solitaria, por el caballero misterioso que habitó en ella, lleno de todas armas, que tuvo tan desdichado acabar, se le llamó el...

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