Entre el cuerpo y la mente...

AutorRamón Clériga

Frecuentemente la enfermedad física es el resultado de un desequilibrio emocional que subsiste a través del tiempo. Existen diferencias individuales, tanto a nivel psíquico como a nivel físico, en el modo de enfermar; por ejemplo: en algunas personas, cuya salud física ha sido muy buena durante toda la vida, el trastorno emocional puede persistir durante mucho tiempo sin llegar a manifestarse de forma clara a nivel físico, aunque su organismo estará débil, de manera que tendrá mayor propensión para contraer enfermedades comunes, como la gripe o síntomas leves como dolor de cabeza, problemas digestivos, etcétera. En cambio, otras personas, expresan sus alteraciones emocionales a nivel físico muy rápidamente.

¿CÓMO SE PRODUCE LA ENFERMEDAD?

Una concepción superficial de la medicina o de la psicología tiende a centrarse casi exclusivamente en el tratamiento de los síntomas, se excluye la verdadera causa de la enfermedad y en muchas ocasiones ignora el hecho de que los síntomas son los intentos que hace el organismo de lograr la propia curación. Por ejemplo, la fiebre contribuye a combatir los agentes invasores, como virus o bacterias, mediante un aumento de la temperatura; la inflamación atrae hacia el lugar afectado una serie de células y sustancias que combaten el agente infeccioso y, al mismo tiempo que concentra dicho agente en el lugar inflamado, trata de impedir que se extienda al resto del organismo.

Sin embargo, a veces estos mecanismos fallan. Puede ser que estas reacciones sean tan intensas que acaben haciendo más mal que bien y no sean capaces de curar, o puede ser que el cuerpo apenas reaccione o que lo haga de forma inapropiada o que aparezca un síntoma que persiste durante meses sin evolucionar en ningún sentido, lo que ocasiona una molestia crónica. Esto puede suceder ante agentes infecciosos comunes que muchas personas vencen sin demasiada dificultad, incluso sin que se detecte una causa médica específica.

¿POR QUÉ SUCEDE ESTO?

Todos estamos sometidos a acontecimientos estresantes a lo largo de nuestra vida. Una persona puede sentir, por ejemplo, ansiedad ante distintos acontecimientos. La ansiedad conlleva una serie de síntomas físicos, como palpitaciones y liberación, a veces excesiva, de cortisol y adrenalina, entre otras sustancias conocidas como las hormonas del estrés. Cuando la ansiedad se produce muy a menudo, no es extraño que se produzcan enfermedades físicas o alteraciones en el funcionamiento de determinados...

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