Cuerpos ilustrados

AutorCélia Maria Antonacci Ramos

Sin ostentar pretensiones mercantilistas o de moda, el tatuaje era un procedimiento ilegal practicado en las horas de inactividad de las cárceles y por los habitantes de las calles periféricas, especialmente de las ciudades portuarias. Sin tener otro bien material, el cuerpo era, la mayoría de las veces, el único objeto del individuo ignorado, marginado o detenido; y el tatuaje, una de las pocas formas para expresarse.

Pero el procedimiento de intervenir el cuerpo humano tatuándolo no era una exclusividad de grupos marginados. Documentos históricos y arqueológicos atestiguan que el hombre más antiguo ya tenía el cuerpo marcado. El encuentro de Occidente con otras culturas, que vivían en sociedades tribales consideradas incivilizadas exactamente porque, entre otros procedimientos escribían en el cuerpo con técnicas de tatuaje, también instigó la recurrencia de la técnica del tatuaje entre nosotros.

Así, a partir de las manifestaciones de mayo de 1968, en París, jóvenes especialmente relacionados con los movimientos de contracultura, hippies, choppers y punks decidieron protestar contra las imposiciones de los sistemas opresivos de control sociopolítico y religioso.

Si las paredes de las ciudades mostraban los garabatos de protesta como Prohibido prohibir, la imaginación toma el poder, el cuerpo comenzó a ostentar calaveras, crucifijos y corazones; objetos de adoración de los proxenetas, portuarios y prostitutas. Enseguida, bajo la denominación de tribal, los tatuajes arabescos de otras culturas también comienzan a ser apreciados.

Stoppa, uno de los primeros tatuadores de Brasil, cuenta que quería ser marinero, viajar.

"Un día busqué a un marinero para saber cómo era viajar y me hice su amigo. Hice mi primer tatuaje con él. Pronto mis amigos lo vieron y me pidieron que los tatuara.

"Además de ese encuentro", continúa Stoppa, "gracias a las revistas importadas sobre las motos choppers, pronto comencé a interesarme todavía más por los tatuajes. Las revistas mostraban publicidad sobre los tatuajes, relacionándolos con el estilo de vida de los bikers. La identificación con las motos y la forma de vivir de ellos ya existía; inclusive yo me dedicaba a transformar motos comunes en motos choppers. ¿Por qué no hacer un tatuaje? En aquella época, el tatuaje era un procedimiento limitado a los prisioneros y marineros, que se tatuaban entre ellos para registrar una marca exclusiva en el cuerpo o para imponer una jerarquía. El tatuaje comenzó como una identidad. Hoy, ya no es sólo una identidad, es un arte en el cuerpo, es como una joya exclusiva".

El tatuaje invade la escena contemporánea y anuncia que, a partir de ahora, cada uno quiere ser gestor de su cuerpo, o sea, de su vida y de sus placeres.

Lo que...

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