Le cuesta a Viggo dirigir

AutorJuan Carlos García

Tras cinco años de sortear obstáculos y seguir los consejos de su mentor y consejero, David Cronenberg, Viggo Mortensen finalmente pudo concretar Falling, su ópera prima como director.

Este largometraje, cuya premier internacional ocurrió ayer en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), presenta confrontaciones emocionales entre John Peterson (Mortensen), un hijo maduro y homosexual, con su padre, Willis (Lance Henriksen), un hombre de carácter agridulce y totalmente homofóbico.

"Es difícil explicar cómo es todo el viaje para llegar a una película, y este fue largo y muy escabroso, porque conseguir producción financiera no es tan fácil como se piensa. Hay muchas historias interesantes que no siempre se hacen", señaló Mortensen en la videoconferencia de presentación de su película.

"Hay un poderoso mensaje en Falling, porque vivimos en una sociedad en la que ya se habla de homosexualidad y homofobia con una mayor apertura. Hace 20 o 40 años, eso era muy complejo".

Desde 2015, el actor postulado al Óscar por sus trabajos en Promesas Peligrosas, Capitán Fantástico y Green Book, contempló la posibilidad de realizar su filme, aunque se topó con pared.

"Suelen decirte que hay historias más accesibles y comerciales, pero ésta fue una que a mí me convenció y quería hacerla. Desde que lo hablé con David Cronenberg, él me dijo que si fuera fácil, jamás sentiría la misma satisfacción cuando filma... Y tenía la razón", dijo el neoyorquino.

Lo que sería una producción sencilla terminó...

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