La Cultura En La Calle

AutorRoger Bartra

Los políticos y sus partidos difícilmente evaden la tentación de utilizar a la cultura para los fines que persiguen. Más allá de las buenas intenciones que todos anuncian, sobre la libertad y la diversidad cultural, descubrimos en los políticos intenciones de manipular los espacios culturales y de usar a la gente de cultura. Cuando esta gente -popularmente llamados intelectuales -se acerca a los partidos políticos, con frecuencia adopta diversos papeles, ya muy conocidos: el repartidor de regaños en nombre de una moral suprema, el testigo delator de los vicios de los demás, el perseguidor de apátridas que atentan contra las identidades profundas del ser nacional, o el desenmascarador de las intenciones antieróticas ocultas de sus adversarios. Como no faltan corrupción, confusión y moralina en los medios políticos, a estos "trabajadores de la cultura "no les faltan ocupaciones.

Cuauhtémoc Cárdenas sostiene ideas muy loables: fomentar y apoyar los proyectos culturales que nacen de la sociedad misma, reconocer el carácter pluricultural de México, bloquear la interferencia estatal en la elección de patrones culturales, acercar el gasto en cultura y educación a los niveles que propone la Unesco, etc. Sin embargo, no diluye sus propuestas en una larga lista de buenas intenciones. Es evidente que tiene preferencias y gustos. Podemos destacar tres aspectos que dominan su visión de la cultura, tal como lo expresa en esta entrevista. Hay una insistencia en la cultura como espectáculo, capaz de llegar a la calle y de convertirse en un elemento ordenador de la vida citadina.

Es muy evidente la mano y la influencia de los histriones que diseñan la política cultural cardenista. La cultura es un gran teatro donde se muestra el espectáculo magnífico de...

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