Ya cumplió 10 años el Necar 1

AutorAlberto Bortoni

Los últimos diez años han sido de importantes avances en materia de celdas de combustible para DaimlerChrysler. El primer vehículo conceptual de celdas de combustible de la marca apareció en 1994, llamado Necar 1.

Las celdas de combustible en este momento prometen ser la solución a los problemas de contaminación y carburantes de los vehículos automotores.

Su operación es conceptualmente muy sencilla y los productos de desecho del proceso son inofensivos, siendo el mayor agua en su estado más puro.

La celda de combustible opera tomando un átomo de hidrógeno y separándolo en sus dos elementos básicos, el protón y el electrón.

Mediante un proceso químico, el hidrógeno se separa y el electrón circula por un circuito eléctrico determinado. Al final el electrón vuelve al hidrógeno junto con oxígeno del ambiente y forman una molécula de agua.

Es un proceso muy complicado, y aunque fue concebido hacia mediados del siglo XIX, todavía no se ha desarrollado lo suficiente para substituir a el motor de combustión interna.

Mercedes-Benz fue una de las primeras marcas en comenzar la investigación en éste sentido. Junto con socios estratégicos como Ford Motor Company y Ballard (una compañía de celdas de combustible), han desarrollado opciones cada vez más factibles para sustituir al motor de combustión.

El Necar 1 fue el primer vehículo de celdas que presentaron al público. Era una van de Mercedes con toda su área de carga ocupada por la celda de combustible e hidrógeno.

El aparato pesaba alrededor de 800 kg. y sólo dejaba el espacio suficiente para el conductor y el pasajero delantero. Todo el espacio restante era ocupado por el complejo aparato.

Dos años después apareció el Necar 2, un vehículo para seis personas. La celda fue relocalizada debajo del asiento de banca trasero. Los tanques para el hidrógeno se localizaban en el techo en forma de tubos de alta presión.

DaimlerChrysler asegura que su velocidad máxima era de 110 km/hr y tenía un rango de 250 kilómetros.

Uno de los problemas más fuertes de las celdas de combustible es que su materia prima es hidrógeno. El hidrógeno es bastante difícil de manejar y de almacenar.

A diferencia del gas butano que se puede licuar fácilmente a temperatura ambiente, el hidrógeno requiere de altas presiones y temperaturas de hasta -254 grados centígrados. Difícilmente se podría aceptar esta opción para un vehículo de producción.

Hay varias aproximaciones al problema. Una de ellas investigada por Daimler es la de...

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