La cuna guayaquileña
| Autor | Adriana Ramírez Bustamante |
ENVIADA
SANTIAGO DE GUAYAQUIL, Ecuador.- A los pies del Cerro Santa Ana, entre calles empedradas, caminos angostos y un estilo arquitectónico que evoca al colonial por sus puertas de madera y herrería en ventanales, florece el barrio más antiguo de Santiago de Guayaquil: Las Peñas.
Aquí, narra la historia, llegaron los primeros guayaquileños para afincarse y erigir sus moradas.
Pescadores y artesanos que fueron cobijados en este lugar y años más tarde, sin imaginarlo, se convirtió en hogar de ilustres personajes.
El Che Guevara, la escritora Rita Lecumberri, el ex presidente ecuatoriano Francisco Robles, así como el poeta chileno Pablo Neruda son algunas de las figuras que han habitado en este emblemático sitio, quienes, seguramente, al igual que aquellos que lo visitamos por primera vez, quedaron embelesados por su encanto.
Quizá sus coloridas casas o la vista inigualable al Río Guayas sean los culpables de su belleza, pero, aunque no lo parezca, no siempre fue así. Invasiones piratas y dos incendios casi aniquilaron al primer antecedente cultural en esta ciudad y, aunque parte importante de su herencia fue destruida, hoy esos hechos sólo forman parte del pasado.
Desde 1982, Las Peñas presumen ser Patrimonio Cultural de Ecuador, un argumento más por el que los turistas deben recorrerlo.
Lejos del ajetreo citadino, en este lugar se puede caminar con suma tranquilidad mientras escuchas el caudal del río y el canto de las aves.
Las calles, como la que lleva por nombre Numa Pompilio Llona, ofrecen un sinfín de lugares por conocer. Sobre esta vía es posible ver al Club Sport Emelec y el Barcelona Sporting Club, los equipos con mayor popularidad y rivalidad en Guayaquil, coincidir más allá de la cancha, en el Museo de los Equipos del Astillero: Barcelona y Emelec.
Además, el viajero puede adentrarse en la historia de algunos de sus ilustres ciudadanos, tal como sucede en el Museo Municipal de la Música Popular Julio Jaramillo.
Otra alternativa a visitar es el Museo de la Cerveza. No faltan las galerías de arte, las tiendas de artesanías, las cafeterías, bares y restaurantes para gozar delicias y un ambiente agradable.
La lista es larga y las actividades parecieran inagotables en este atractivo barrio, aunque la mayor satisfacción para aquel que lo visite será subir los 60 metros de altura -que conforman la colina- a través de la escalinata Diego Noboa y Arteta, la cual tiene 444 peldaños.
Al llegar al punto más alto de la colina también hay...
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