Cuna de ilusiones ópticas

AutorCarla Guerrero

Enviada

Aún tienes tiempo para escaparte de fin de semana e ir al pueblo michoacano de Tlalpujahua para comprar esferas. Hay hasta 300 modelos distintos entre bola, chilaca, chimborro, torcidas y paletas con decorados en esmalte, diamantina y platinado.

Al año se producen hasta 100 millones de esferas, esta es la principal fuente económica de Tlalpujahua, junto con el labrado de cantera, la cerámica, la elaboración de muebles y el arte plumario y en popote.

Puedes acudir con los paseos que organiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que cuenta con una amplia cartelera de recorridos culturales con la cualidad de que son impartidos por historiadores, arqueólogos y antropólogos.

En este caso, Juana Belman, historiadora especializada en la vida colonial, explica sobre la historia y las tradiciones artesanales de este pueblo, ubicado entre los límites del Estado de México y Michoacán.

Tlalpujahua quiere decir "tierra bofa", y durante el Virreinato se le llamó "Real de Minas de Tlalpujahua", por las vetas de oro y plata con las que contaba. En 1899 se descubrió la Mina de Dos Estrellas y con el uso de la energía eléctrica, se convirtió, a principios del siglo 20, en el pueblo productor de oro más importante en el mundo. De aquella epoca de bonanza aún se pueden apreciar las minas al pie de las carreteras.

Este poblado michoacano, nombrado "Pueblo Mágico" por la Secretaría de Turismo, conserva su estilo colonial con calles empedradas y edificios históricos, como la casa de los héroes de la Independencia, los hermanos Rayón, y el Templo de la Virgen del Carmen, en cantera rosa y decoración barroca.

Aunado a estos tesoros coloniales, el viajero se topará con talleres donde se fabrican esferas, una actividad a la cual se dedican 2 mil 300 personas en un poblado de 5 mil habitantes.

Desde las 8 de la mañana y durante 11 meses al año, los hacedores de esferas participan en cada una de las facetas de la elaboración de esta artesanía entre el soplado del vidrio, platinado, pintado y decorado.

Talleres como la Casa de Santa Clos y el Portal del Belén o talleres familiares asentados desde los años 70 son los precursores de esta actividad, que ha sido una alternativa al trabajo de campo.

Podrás llevar "calientitas"...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR