Una cura para el ciberfetichismo

AutorOctavio Ortega

Los cambios políticos de un país no van a llegar gracias a internet", asegura César Rendueles, autor del libro Sociofobia (Debate, 2015).

Sociólogo español y profesor en la Universidad Complutense de Madrid, Rendueles explica el fenómeno del ciberfetichismo como una obsesión por dar atribuciones a lo que sucede en internet, incluso un peso mayor a lo que sucede en la realidad.

Desencatada la sociedad de la fuerza del mercado al fallar el sistema capitalista, la ideología tecnofetichista atribuye un poder superior a la comunicación vía internet.

"Nuestra excesiva atención a la tecnología de la comunicación es una atención que se expresa en términos de admiración casi religiosa.

Esa admiración tiene que ver con que la usamos como sustituto, una vez que las promesas de neoliberalismo, de mercado libre, han fracasado.

Hoy nadie está dispuesto a creer que el mercado va a solucionar los problemas sociales, políticos, ecológicos, y las tecnologías de la comunicación han venido al rescate ideológico.

No es verdad en ningún caso", expresa.

Observador directo de las movilizaciones sociales que en España tuvieron eco en redes sociales -el 15M o movimiento de los Indignados, que inició en 2011 y se mantuvo hasta 2014-, Rendueles considera una utopía pensar que la comunicación o el activismo vía internet van a mejorar las sociedades.

Afirma que la ciudadanía está confundida, pues se atribuye un cambio de fondo al mero proceso de comunicación; es decir, se alienta al usuario de internet a creer que va a poder prescindir de la política para solucionar sus problemas a cambio del intercambio de información en redes sociales, cuando lo que sucede en internet es efímero y carente de compromiso social.

"Tenemos que cambiar el paradigma desde el que intervenimos en política.

Los cambios transformadores, emancipadores, surgieron de fuertes compromisos: compromisos de la estructura laboral a través de los sindicatos; de compromisos con nuestros ideales políticos a través de los partidos políticos ", refiere.

"En cambio, en internet, vivimos las intervenciones políticas como si fueran preferencias en el mercado.

Me expreso en cierto momento por una herramienta, como change.org o la que sea, y se ha acabado.

Eso no debe tener ninguna coherencia con mi siguiente elección; es decir, es una traducción, en términos mercantiles, de lo que antes era un compromiso prolongado", refiere.

En su libro, resalta que comúnmente se piensa cómo va...

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