Da China a Andreu la experimentación

AutorSergio R. Blanco

Construir en China, en pleno despertar de la nación cuyas expectativas de crecimiento superan a las de cualquier país del primer mundo, permite desarrollar la creatividad hasta niveles insospechados, afirmó la noche del martes el arquitecto francés Paul Andreu (Burdeos Caudéran, 1938).

Constituidos por formas curvilíneas, caprichosas y sensuales, el Gran Teatro Nacional de China -la Ópera de Beijing- y el Centro de Artes Orientales de Shangai, edificios que Andreu erige actualmente, son ejemplo vivo de una arquitectura que puede mutar con respecto a los planos originales.

"Cuando trabajo en Francia, se necesita determinar todo antes de empezar. Si quiero corregir algún error, supone una dificultad muy grande; si se cambia algo es un drama", expresó el arquitecto, quien se sumergió en la polémica el pasado 23 de mayo cuando murieron cuatro personas al desplomarse parte del techo de la terminal del aeropuerto Roissy Charles-de-Gaulle (al norte de París), diseñada por él e inaugurada en el 2003.

Trabajar en China es muy diferente: se trata de una nación más desorganizada, donde hay cantidades ingentes de mano de obra barata capaz de realizar trabajos artesanales.

Después de haber sufrido una desestabilización por el ambiente chino, que difiere del universo ordenado de su natal Europa, entendió que tenía que adaptarse a una atmósfera que permite, si se sabe utilizar, no sólo ahorrar en costos y una...

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