Da D'Rivera swing a música sinfónica

AutorErika P. Bucio

A veces, Paquito D'Rivera (1948) se pregunta a qué sonaría Mozart si hubiera nacido en Nueva Orleans, la cuna del jazz. Aunque la duda irrite a los puristas.

La respuesta vino en forma del Adagio, tan grabado y tan interpretado, que hizo a partir del segundo movimiento del Concierto para clarinete del genio de Salzburgo como si fuera un blues.

"Con lo arriesgado que era y lo innovador, Mozart se hubiera divertido mucho con esta versión", afirma.

Y por ese camino se podría seguir el saxofonista y clarinetista cubano: "Bach tiene mucho swing", lanza vía telefónica desde su casa en Nueva Jersey, azotada por una tormenta invernal como pocas, y en vísperas de viajar a Alemania.

D'Rivera acaba de publicar Jazz Meet the Classics, con versiones de Beethoven, Mozart y Chopin. Una demostración de que las orillas se tocan cada vez más.

"Es sólo música", revuelve.

Creció en La Habana mientras oía en casa los discos de Benny Goodman y veía pasar a grandes por la modesta oficina de su padre, un saxofonista que vendía partituras y accesorios musicales. Ernesto Lecuona, su compositor favorito, se dejaba ver por ahí, como Israel López, "Cachao", que iba buscando cuerdas, y su sobrino "Cachaíto", que le compró un contrabajo.

"Yo me crié rodeado de esa gente sin pensar que eran famosos", recuerda.

El cubano regresa a México para presentarse con su quinteto y con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) el 28 y el 30 de mayo en el Palacio de Bellas Artes. Un teatro, además, que tiene significación para él. Ahí tocó su padre en 1953 con la Banda del Ejército Cubano. Harán...

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