Da ópera a Legorreta lección de humildad

AutorOscar Cid de León

El arquitecto Ricardo Legorreta (Ciudad de México, 1931) reconoce en su profesión cierta egolatría, pero su más reciente trabajo le ha dado una lección de humildad, asegura.

Acostumbrado a levantar complejos arquitectónicos que tienen por tónica perdurar en el tiempo, ahora se estrena como escenógrafo en Tosca, de Giacomo Puccini, pieza italiana que se presentará hoy a las 20:00 horas en el Teatro de la Paz de San Luis Potosí.

El diseño escenográfico, a diferencia de la arquitectura, es un arte efímero que sólo subsiste mientras perdure una puesta, refiere el proyectista de la Plaza Juárez.

"Los arquitectos tenemos una buena dosis de egolatría", reconoce en entrevista, "y a veces estamos acostumbrados a esa tendencia de saber que nuestras obras nunca desaparecerán, que han sido hechas para quedarse.

"Pero con este trabajo no sucede así, y eso ha sido un ejercicio, una enseñanza interesante de saber que algo que haces puede desaparecer".

Legorreta explica que proyectó tres escenarios para Tosca, la cual se presenta dentro del Festival de San Luis bajo la batuta concertadora de Enrique Patrón de Rueda y la dirección escénica de César Piña.

El primer acto se ambienta en el interior de la iglesia de Sant'Andrea della Valle, en Roma, espacio que Legorreta reinterpreta y concibe a partir de las formas circulares que usó, en 1993, para edificar la Catedral de Managua, en Nicaragua.

En un segundo acto, dicha escenografía sufre una ligera transformación para dar paso a la oficina del barón Scarpia, que a su vez mutará para convertirse en la terraza donde es fusilado el pintor Mario Cavaradossi, amante de Flavia Tosca.

Ambos personajes, interpretados por el tenor mexicano Fernando de la Mora y la soprano rusa Olga Romanko, son los protagonistas de una historia de amor que desencadenará en tragedia.

Se trata de una ópera rigurosamente clásica, señala Legorreta, lo cual encontró inspirador para reinterpretarla a profundidad, con un lenguaje contemporáneo propio a sus formas de hacer arquitectura.

Concebir un espacio escenográfico, señala, fue casi como desarrollar una maqueta a escala humana que obedece a una gran condicionante: el guión de la historia.

De todos modos, la arquitectura no debe alejarse de dicha condición, opina el creador del edificio del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

"En muchas ocasiones los arquitectos pretendemos imponerle al cliente una forma de vida, pero en cierta forma es al revés, y el arquitecto (como en la...

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