Damnificados unidos

AutorFrancia Gutiérrez Hermosillo

INFANCIA ES DESTINO

Hoy sabemos que no son suficientes 32 años para superar el terremoto que marcó un parteaguas en la historia de nuestra ciudad. Más de tres décadas no han bastado para estar preparados ante una prueba de la naturaleza de ese tamaño. Así ocurrió, justamente un mismo 19 de septiembre, esta vez de 2017, cuando a las 13:14 horas nuevamente la tierra nos hacía saber lo vulnerables que somos.

Soy Francia Gutiérrez Hermosillo, nací en esta ciudad en 1980, pasé la infancia rodeada de vecinos y vecinas que igual alimentaban a sus hijos que al resto; fuimos niñas y niños recorriendo los pasillos y jardines del Multifamiliar Tlalpan, unidad habitacional de vanguardia construida en 1957, que prometía para sus habitantes una vida familiar en un Conjunto Urbano armónico.

El departamento 47 del edificio 1C fue estrenado por mis abuelos y mi madre de 2 años. A los pocos días de su inauguración, el domingo 28 de julio de 1957, a las 2:43 horas, lo recibía un sismo de 7.9 grados registrados. Después de ese susto, los edificios demostraron estar fuertes durante años; así fue incluso en el terremoto del 85, cuando toda la familia nos acomodamos debajo del marco de la puerta... Lo recuerdo, a pesar de que tenía menos de 5 años. Los días posteriores al sismo del 85 los pasamos en casa de los familiares de nuestros vecinos del departamento 46, la familia Cerón, en Tláhuac. Cuando los servicios se reanudaron, regresamos al "Multi", como le hemos dicho de cariño desde que tengo memoria.

Aquel espacio de casi 38 metros cuadrados bastó para sostener a mi familia por generaciones. A pesar de que tuvimos que dejar de habitar nuestro departamento cuando yo tenía cerca de 10 años, siempre fue una especie de refugio a nuestras emergencias y un baúl de tesoros. Ahí habitaba el registro de mi familia, muebles, fotografías, juguetes, libros y demás objetos marcaban la identidad y la comunidad que me acompañan hasta estos días.

La familia creció y tomamos rutas diferentes; para los primeros meses de 2017, los tres hijos -Alma América, Krishnamurti y Francia-, rentábamos en lugares diferentes y mis padres, Alma América y Enrique, empezaban a ejecutar el plan de regresar al Multi para dejar de pagar renta y vivir esta etapa de su vida donde la habían empezado, donde se casaron, y a reencontrarse con el espacio que nunca dejó de ser suyo, nuestro único patrimonio y su plan para el futuro. Cerramos la etapa en los primeros días de septiembre de 2017, cuando fuimos a ver trabajos de revisión de instalaciones de luz y agua... Aquel día, sin saberlo, nos despedíamos de nuestro departamento, de parte de nuestro pasado y de nuestros vecinos.

DEL CAOS A LA ORGANIZACIÓN

Participo desde hace diez años con...

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