Se dan la mano baile y cine

AutorEduardo Alvarado

El baile y el séptimo arte se dieron la mano desde el nacimiento mismo del cine sonoro y con él, del género musical, de cuyos momentos de esplendor emergieron personalidades como Fred Astaire, Gene Kelly o Liza Minnelli, guiados por directores como Vicente Minnelli, Stanley Donen y Bob Fosse.

A principios del siglo pasado y en plena gran crisis del 29, el cine sonoro encuentra en los musicales de Broadway una línea atractiva para ser explotada. Los primeros intentos, torpes y poco imaginativos, abrieron camino a los códigos particulares que más tarde conformarían un género reconocible.

Resalta de esa etapa El Gran Ziegfeld (Robert Z. Leonard, 1936), fastuosa biografía de Florenz Ziegfeld, el brillante hacedor de espectáculos inspirados en el Follies BergÅre de París, a principios del siglo 20.

En los 40 y 50, cuando los musicales viven sus años dorados con el más alto nivel de producción en los estudios hollywoodenses, aparecen los dos cineastas más importantes del género: Vincente Minnelli y Stanley Donen, realizadores que, con soltura y madurez, forjaron los clásicos del cine de baile y descubrieron, además, a sus dos más destacadas figuras: Fred Astaire y Gene Kelly.

De la mano de Minnelli, la innovación se tradujo en exquisitez musical, complejidad coreográfica y sentido estético, hay que recordar que existió el término "amarillo Minnelli" por el uso que le dio el cineasta en el set a este color. Desde Cabin in the Sky (1943) y Meet Me in St. Louis (1944) -su primer trabajo con Judy Garland, quien más tarde sería su esposa y madre de Liza Minnelli-, hasta Un Americano en París (1951), con Gene Kelly en el protagónico, o The Band Wagon (1953), con Fred Astaire, sus contribuciones estilísticas marcaron la cúspide del género.

A finales de los 40 surge con aires renovadores Stanley Donen, el creador de Cantando Bajo la Lluvia (1952), el musical más popular de todos los tiempos y en el que su protagonista, Gene Kelly, lleva el arte del baile al tope de la inspiración.

Sin embargo, para muchos el más grande bailarín del cine se llamaba Fred Astaire. Una larga lista de clásicos, entre los que se cuentan Sombrero de Copa (1935), Tiempo de Swing (1936), Medias de Seda (1957), Papacito Piernas Largas (1955), The Band Wagon (1953), Ziegfeld Follies (1946) -con Gene Kelly- o El Cielo es el Límite (1943), dan cuenta de su extraordinario talento y carisma.

El musical enfrentó otra renovación en los convulsos años 60 y 70, con la entrada en escena de...

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