Dan con tambores gusto al cuerpo

REFORMA/ Redacción

El cuerpo termina bailando aunque la voluntad se niegue impulsado por los ritmos ancestrales de los tambores, que se escucharon ayer y fueron ejecutados por el ensamble Ritmo Inmemorial dentro del Festival Percusiones del Mundo en la Plaza de las Artes.

El grupo, que surgió hace tres años, logró congregar a un buen número de personas que, paradas o en sus asientos en pleno rayo del sol, comenzaron a moverse influidas por los sonidos de Guinea, Malí o del antiguo Egipto.

Y es que el tambor es mucho más que una referencia folclórica; más que un instrumento, es un objeto ritual que relaciona al hombre con las divinidades, incita a los cuerpos al baile y al desfogue momentáneo.

El tambor es muy poderoso, es un medio para transmitir energía vital, conduce al éxtasis y a un frenesí único, comentó Saúl Espinosa, director y fundador del grupo.

Las contracciones del cuerpo que recrean la pesca, la cosecha, o que sirven para exorcizar a través de la música africana, la sensualidad y el exotismo de la danza árabe, el circo y las acrobacias del ritmo Koredunga acompañaron la presentación de los percusionistas.

Espinosa reconoció que Ritmo Inmemorial pertenece a la denominada World Music en tanto que...

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