David Shields / Las alianzas de Pemex

AutorDavid Shields

Como Pemex está excesivamente endeudado y, en efecto, "no tiene dinero" para nuevos proyectos, los funcionarios de Energía y de la paraestatal sugieren crear alianzas estratégicas entre Pemex y compañías privadas, principalmente extranjeras, como fórmula para obtener capital y tecnología. Su esperanza, al parecer, es que los legisladores, además de aprobar un nuevo régimen fiscal para Pemex, acepten la idea de realizar cambios legales, o hasta constitucionales, para hacer posibles esas asociaciones.

Lo que más urge, aseguran, es incursionar en la exploración de aguas profundas y mencionan cifras enormes de inversión requeridas para ese fin -del orden 15 mil millones de dólares anuales-, cantidad que Pemex no tiene. Tampoco hay dinero para nuevas inversiones en el Proyecto Fénix o para nuevas refinerías para contrarrestar la creciente avalancha de importaciones de petroquímicos y combustibles.

Por lo tanto, crear alianzas es un asunto de lógica elemental, dicen. Y sin embargo, hay obstáculos formidables a esas alianzas, empezando por el hecho de que Pemex no es una empresa con una sana orientación de búsqueda de utilidades -en efecto, nunca las tiene- sino un organismo del gobierno cuya misión es maximizar la renta petrolera y entregar sus ingresos brutos íntegramente al fisco. Y como las leyes y normas impiden su ágil operación y las asociaciones de capital, Pemex no parece ser un socio atractivo ni viable para nadie.

En el caso de las aguas profundas de más de mil metros, se trata de proyectos de altísimo riesgo, donde Pemex jamás será un buen socio si "no tiene dinero" ni experiencia. Pemex argumenta ingenuamente que, si hay alianzas, las compañías compartirán sus tecnologías, pero la verdad es que la experiencia tecnológica no se vende ni se comparte sin más. Además, esto requeriría un cambio constitucional que no pasaría en el Congreso.

En petroquímica, los obstáculos legales y normativos son muchísimo menores. De hecho, la inversión está abierta al 100 por ciento desde hace una década y nadie invierte. Desde el gobierno de Zedillo se promueven alianzas Pemex-IP y nadie invierte. Aquí el problema es que la Secretaría de Hacienda se opone a que Pemex otorgue contratos de suministro de insumos petroquímicos de largo plazo y a precios competitivos. Con absoluta miopía, Hacienda prefiere que se exporte el hidrocarburo para obtener un ingreso inmediato, en vez de que haya inversión en obra, en procesamiento del hidrocarburo, en generación de...

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