David Shields / Tarifas eléctricas y el riesgo del gas

AutorDavid Shields

En tiempos tan turbulentos, ¿alguien se atrevería a sacar la bola de cristal y adivinar cómo evolucionarán las tarifas eléctricas a 2, 5, 10 ó hasta 20 años? El incremento del 11 por ciento en las tarifas eléctricas industriales en lo que va del año obliga a reflexionar sobre este tema, que afecta el desempeño de los negocios y de la economía nacional.

Es normal que los precios de los energéticos sean volátiles -como sucede hoy con los petrolíferos y el gas natural- debido a acontecimientos y tendencias de corto plazo. Por lo mismo, es imposible prever cuáles serán los factores de corto plazo que afectarán los mercados dentro de algunos meses o años. El que más influyó en la reciente alza de las tarifas eléctricas es el precio del gas, que casi se duplicó en unos cuantos meses. Además, el precio del gas influirá cada vez más en las tarifas eléctricas en el futuro. La Comisión Federal de Electricidad, CFE, pasará de generar el 15 por ciento de su producción con gas, al 50 por ciento en el 2011, según Alfredo Elías Ayub, su director general.

Aunque el precio volátil de los combustibles genera noticias y angustias en el corto plazo, son otros los<00A0>factores fundamentales que definen las tendencias subyacentes de las tarifas eléctricas en el largo plazo. Estos incluyen los índices de competitividad y los costos de operación, mantenimiento y administración de las empresas eléctricas, los avances tecnológicos, el desarrollo de los mercados energéticos, la disponibilidad de los insumos, la inflación y otras variables macroeconómicas, el impacto del crecimiento económico sobre la demanda, así como la política de subsidios. Una amplísima gama de acciones y decisiones de política energética y económica -también difíciles de prever- influye en estos fundamentales y, por lo mismo, en las tarifas eléctricas en el largo plazo.

Por lo pronto, todo el mundo se fija en el precio del gas, que ya vuelve a bajar. Algunos industriales exigen que México tenga su propio precio del gas y no una cotización vinculada a mercados en el sur de Texas. A su vez, políticos y académicos han afirmado que si hubiera mayor integración de la industria energética nacional con la de Estados Unidos, habría tarifas eléctricas más bajas. En electricidad, esa integración casi no existe, por lo que se trata de un planteamiento hipotético. En gas natural, sí hay una creciente integración con el vecino país mediante gasoductos. Esto tiende a asegurar el suministro de gas importado...

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