Decisión sin sacrificios

AutorAlberto Bortoni

Foto: Iván Moreno

Hace algunos años, quien cambiaba de un sedán deportivo a una SUV perdía en cuestión de manejo. Pero ya no necesariamente es así y la nueva Acura RDX es un claro ejemplo de ello.

Respecto al exterior, el estilo actual de Acura fue mejorado para lucir más atractivo y, en la RDX A-Spec, el acento está en la deportividad.

La parrilla es grande y con el emblema de Acura orgullosamente al centro. Todos los elementos que la integran están orientados a enaltecerlo.

Antes de subir, es imposible no notar los rines de 20 pulgadas cuya pintura negra combina con los diferentes detalles del exterior.

Pero no sólo es su aspecto, lo verdaderamente interesante está en su mecánica. Para esta nueva generación, el V6 se sustituyó por un cuatro cilindros un poco menos potente pero con más torque; al ser turbocargado su torque máximo se alcanza a más bajas revoluciones.

Lo que más agrada es la tracción integral, un sistema permanente que incluye el Super Handling All-Wheel Drive que puede decidir cuánta potencia aplicar en la rueda derecha o izquierda del eje trasero para ayudar a tomar una curva.

Esto, más la dirección rápida y la suspensión ligeramente rígida, resulta en un crossover ágil.

Para quienes gusten de los gadgets, la RDX hace lo propio con una pantalla de 10.2 pulgadas dividida en dos y que se controla mediante dos paneles táctiles. También, incluye elementos de seguridad como radar frontal con capacidad de frenada de emergencia y asistencia de mantenimiento de carril.

Cambiar de un sedán deportivo a un SUV ya no implica tanto sacrificio. Y es que la RDX ofrece un manejo dinámico para compensar el incremento en...

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