Definen a 'mataviejitas': 'un riesgo institucional'

AutorLeticia Fernández

Para su familia es "Huesitos"... ella se autonombra "La Dama del Silencio"... en la calle le dicen "mataviejitas"... y para las autoridades penitenciarias es Juana Barraza Samperio, una mujer de alta peligrosidad que puede representar un "riesgo institucional".

La primera asesina serial que las autoridades tienen registrada en sus archivos es altiva, egocéntrica, manipuladora, no tolera la frustración y si se siente agredida actúa por impulsos extremadamente violentos.

Así lo dicen sus estudios de personalidad integrados al expediente 27/06 y radicado en el Juzgado 67 Penal del Distrito Federal.

Esos mismos advierten que la mujer originaria de Pachuca de Soto, en el Estado de Hidalgo, tiene una capacidad criminal media alta y su índice de peligrosidad alto, de ahí, que sea clasificada con una persona altamente nociva para la sociedad.

INFANCIA DIFÍCIL

Juana Barraza nació el 27 de diciembre de 1958, desde ese momento, su vida la califica como difícil, siempre adversa y carente de amor.

Sobretodo cuando su madre Justa Samperio Paval, una mujer que padeció alcoholismo crónico, la separó de Trinidad Barraza, su padre que actualmente vive en la montaña del Municipio de Epazoyucan, Hidalgo.

Los estudios en Psicología, Trabajo Social, Pedagogía y Criminología concluyen que la mujer de 48 años no confía en nadie, para ella no existen normas o valores que regulen su vida, sus creencias y dichos son absolutos por encima de los demás.

Su desconfianza nació desde pequeña, cuando su madre la rechazaba, la golpeaba, la culpaba de ser la responsable de su fracaso matrimonial.

ADOLESCENCIA ÚNICA

La llamada "mataviejitas" cumple hoy 67 días presa en el Centro Femenil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla, desde ahí narró el odio y el rencor que desde los 12 años sintió por su madre.

Esa figura materna se desdibujó cuando Juana Barraza, aún adolescente, fue obligada a vivir en amasiato con José Lugo, un hombre que la "compró" y tomó como objeto sexual. De esa relación nació un hijo varón.

Los golpes y la violencia familiar finalmente terminaron con esa relación, hasta que a los 23 años, se enamoró y decidió casarse con Miguel Ángel Barrios, el padre de su segunda hija.

La suerte nunca le favoreció a la presunta asesina serial: la adicción a las drogas de su esposo terminó con el matrimonio, después le siguió el crimen de su primogénito en una riña y una tercera relación sentimental quedó envuelta en la violencia.

"Tiende a imponer a los demás sus...

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