Marketer/ Dell en persona

AutorHoracio M. Marchand

Para todos fue una grata experiencia conocerlo gracias a un evento que realizó Coparmex Nuevo León, y donde se dio la ocasión de hacerle algunas preguntas.

Michael Dell es una buena historia.

Tenía 20 años cuando decidió despedirse de sus padres, subió dos computadoras a su auto viejo, y se dirigió a la ciudad de Austin, Texas.

Desde su dormitorio y con mil dólares de inversión, arranca sin percatarse, una de las empresas más influyentes del mundo. Michael Dell puede considerarse muchas cosas, por lo menos tres: 1) Emprendedor, 2) Revolucionario, y 3) Rompe-paradigmas.

1) Emprendedor porque llegando a Austin a estudiar a la Universidad de Texas, montó su negocio en el dormitorio -pobre roomate- y se puso a vender computadoras a la orden.

Este concepto, que hoy en día suena sencillo, en el año de 1984 sólo lo hubiera podido visualizar un auténtico emprendedor, que incluso hasta dejó sus estudios para meterse de lleno al negocio.

Michael Dell forma parte del rubro de emprendedores como, Bill Gates de Microsoft, Larry Ellison de Oracle, Steven Jobs de Apple, que dejan de estudiar para convertirse en millonarios... y a cualquiera ponen a pensar; aunque finalmente se trata del sistema norteamericano, no del nuestro.

2) Revolucionario porque decide que el canal de distribución tradicional para vender computadoras (mayoristas y tiendas de menudeo) es ineficiente, caro y que no agregaba valor.

Le echó números a lo que costaban las piezas de la computadora, en ese tiempo menos de 500 dólares, y no podía entender por qué se vendían hasta en 3 mil dólares.

También detectó la lentitud con la que cualquier avance tecnológico tardaba en llegar hasta el consumidor final y que en promedio tardaba hasta un año debido al canal de ventas tradicional: grande y lleno de complejidades. Otra ventana más de oportunidad.

De ahí la resolución de su modelo directo: la gente escoge la potencia del RAM, la memoria del disco duro, el tamaño de la pantalla, y otras especificaciones; entonces se ensambla y se envía. Ah, antes que nada la cobra.

A lo largo de su arranque como emprendedor, como a muchos otros revolucionarios, le llamaron loco en más de una ocasión: no vas a tener éxito, las computadoras no se venden así, no tienes marca, no hay demanda, etcétera.

Hoy en día, al preguntarle a Michael Dell cómo le hizo para detectar esa oportunidad y sostenerse en su modelo revolucionario a pesar de su corta edad, contestó con una sonrisa: "No escuchaba mucho a la gente, si...

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