Denise Dresser / Bebé y bañera

AutorDenise Dresser

Más delincuentes en la calle, acusa Miguel Mancera. Más homicidas sueltos, fustiga Renato Sales. Más violencia a lo largo del país y la culpa es del nuevo sistema de justicia penal, argumentan sus detractores. Los que después de tan solo ocho años de su instrumentación dicen que no funciona; que no produce resultados; que en lugar de castigar a criminales termina por soltarlos. Y entonces proponen tirar al bebé con todo y la bañera. Aumentar las penas, aumentar la prisión preventiva, recurrir a lo que Edna Jaime llama "populismo penal", que en realidad equivale a un retroceso civilizatorio. A un ojo por ojo, diente por diente, pedrada tras pedrada. A un lugar antidemocrático donde se exige venganza en vez de justicia. Donde se argumenta tramposamente que la oralidad incrementa la criminalidad, cuando el problema no es el sistema adversarial sino las fallas en su instrumentación.

No es que sea imposible limpiar al bebé -nuestro maloliente sistema de justicia- pero para ello habría que reconocer la bañera defectuosa y el agua sucia con la cual intentan desinfectarlo. El andamiaje agrietado y la capacidad institucional débil. La falta de coordinación y evaluación. La ausencia de sistemas de registro, procesamiento y reporte de la información. La desigualdad de recursos a nivel estatal para la implementación de la reforma. La ausencia de transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana. La persistencia de la impunidad. La cifra negra que revela la desconfianza de ciudadanos que solo denuncian 13 de cada 100 delitos cometidos. Todo lo que detalla CIDAC meticulosamente en su reporte "Hallazgos 2016".

Muchos mexicanos no comprenden el sistema adversarial ni sus méritos y por ello lo descalifican, azuzados por políticos que prefieren ofrecer mano dura en lugar de mano eficaz. Critican al bebé en vez de componer la bañera; increpan al infante en vez de volver potable el agua que lo rodea. Se burlan del debido proceso, desdeñan la presunción de inocencia, niegan los derechos de los presuntos culpables. Culpan al recién nacido por no tener la piel reluciente al mismo tiempo que ignoran lo que debería hacerse para mejorar su aspecto y garantizar su salud. Y ello transita por temas que muchos miembros de la clase política y el poder judicial preferirían no...

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