Denise Dresser / La bengala

AutorDenise Dresser

Cuando un barco está en peligro, su tripulación suele disparar una bengala en señal de auxilio, pidiendo ayuda. Así lo hicieron quienes comandaban el Titanic, con la esperanza de que el Carpathia acudiera a salvar a los tripulantes a bordo de la nave que se hundía. Así lo hizo el ex secretario de Hacienda Carlos Urzúa con la carta de renuncia que hizo pública y la entrevista que tan cuidadosamente orquestó. Quiere alertar, busca iluminar, intenta mandar un SOS para evitar el desastre que advierte. El iceberg contra el cual el nuevo gobierno ya ha chocado o el cual quizás aún puede esquivar. El iceberg en el que se ha convertido un Presidente que no escucha, un gabinete que sólo aplaude, una serie de políticas públicas contraproducentes y una transformación que crea más hoyos en el buque, en vez de repararlos. El capitán de la 4T acelera los motores, pero su primer oficial le anuncia que la nave hace agua.

Y no clama por neoliberal o traidor o porque se opone a cambios que el país necesita. Urzúa cuenta con una brutal claridad lo que sucede en los entretelones del lopezobradorismo, y el panorama que describe en el cuarto de máquinas llevaría a cualquiera con sentido común a saltar por la borda. El gobierno está tomando decisiones de política pública sin el suficiente sustento y sin catar las consecuencias. Está destruyendo programas sin evidencia de su mal desempeño y reemplazándolos por otros sin saber si funcionarán mejor. Está imponiendo funcionarios incompetentes a lo largo de la administración pública que llegan ahí por leales y no por preparados. Está permitiendo la perpetuación de los conflictos de interés que han caracterizado al capitalismo de cuates que mantiene maniatado a México. Está haciendo inviable la instrumentación de un proyecto de izquierda, neokeynesiano con la capacidad real de encarar la concentración de la riqueza y disminuir la desigualdad.

Y cuando alguien intenta decírselo al Presidente es ignorado o marginado o vilipendiado o se le contradice y humilla en público. La única función del gabinete es reordenar las sillas en el Titanic. Su único trabajo consiste en seguir tocando el violín mientras el agua entra por todos los agujeros heredados o producidos en los últimos siete meses. La cancelación del aeropuerto de Texcoco con el cual AMLO envía el mensaje...

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