Denise Dresser / ¿Fiscalía fantoche?

AutorDenise Dresser

En México desde hace muchos años existen peces gordos. Pero en este país no son pescados o atrapados. Siguen allí, engordando en el estanque. Miembros de un bestiario surreal poblado por los políticos del país. Con sus casas y sus terrenos y sus cuentas y sus "donaciones" y sus elecciones multimillonarias. Con sus evasiones y sus "casos cerrados", como dicen que está el de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto. Y para ello han propuesto castigarse a sí mismos con una Fiscalía Especializada en Delitos Relacionados con la Corrupción. Una entidad que, ahora sí: "Investigará y perseguirá los hechos de corrupción de competencia federal, así como cualquier otro delito cometido por un servidor público federal en el desempeño de su empleo, cargo o comisión". El reto es que para ser creíble, esa Fiscalía tendría que comenzar con la piraña principal en el estanque: el propio Presidente.

Porque desde hace años México padece la erupción de la corrupción y lo peor de su impacto. El país parece más democrático pero también más kleptocrático. Más abierto pero también más maloliente. Más competitivo pero también más corrompido. Antes las fortunas de los políticos eran un chisme compartido; hoy son una realidad denunciada. Antes las mansiones de millones de dólares eran un secreto guardado; ahora son un escándalo publicado. Lodo va y lodo viene; propiedades van y propiedades vienen. La vida pública como ruta para el enriquecimiento privado, finalmente evidenciada. Expuesta. Aireada. Generando una indignación necesaria. Produciendo un enojo saludable. Engendrando una población furibunda que para poder creer de nuevo en las instituciones, tendrá que comprobar que cumplen con su cometido. Por ello la Fiscalía prometida servirá de poco si no investiga esa pecera nebulosa que es la Casa Blanca.

Una residencia sobre la cual nadie en la clase política quiere hablar y nadie en el Cámara de Diputados o en el Senado quiere investigar. Pero es un síntoma de tanto que nos aqueja: instituciones débiles, rendición de cuentas inexistente, conflictos de interés que hacen posible el capitalismo de cuates. Para lidiar con esos males mexicanos se requerirá una Fiscalía autónoma y un fiscal que también lo es. Y lamentablemente todo indica que no será así. Que, de nuevo, el diseño institucional y el proceso de selección van a ser usados para ocultar en lugar de evidenciar. Que la entidad y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR