El desafío de la educación planetaria

AutorEdgar Morin y Raúl Domingo Motta

La actual condición humana, que es el resultado del devenir complejo de la especie, ha llegado a un estadio -la era planetaria- donde ha sufrido una transformación radical, en relación con su condición precedente (ver recuadros).

Si el planeta, en su relación con el sol y las transformaciones del universo, configuró las condiciones de posibilidad de la emergencia de la vida y con ello las condiciones de posibilidad de la emergencia de lo humano, hoy la humanidad (inconsciente de sí) es, cada vez más, la condición de posibilidad de la existencia del planeta y de la vida.

En estas circunstancias, sin antecedentes en el devenir de la especie, la condición humana se transforma en "humana condición" y esto no es una mera inversión de términos, sino una forma de significar que la condición humana (sujeto colectivo que aún dista mucho de cobrar conciencia reflexiva sobre el impacto de su presencia como especie organizada en la Tierra) necesita de un nivel de conciencia de su identidad, de su contexto y horizonte (hoy planetario), que como quería Montaigne, la transforme en "humana condición", es decir condición reflexionante y regeneradora de la relación individuo/sociedad/especie y su correlato naturaleza/planeta/universo: humanidad de la humanidad.

Sin esa condición reflexionante y regeneradora de su presencia, no sólo como conjuntos de individuos y sociedades, sino como especie activa y no abstracta, el peligro de autodestrucción y de su degradación en barbarie, que se anunció por primera vez en la década de los cuarenta del siglo XX, se acrecienta cada vez más y se halla a merced de grupos tecnocráticos anónimos con una concentración inaudita de poder.

La paradoja

Si bien el arte, a través de sus distintos campos expresivos, ha anunciado esta nueva "condición" de la humanidad, su plena asunción social, si es que alguna vez pueda realizarse, deberá transitar el camino de una educación acorde con este horizonte político y civilizacional.

De esta manera conocer, comprender y experimentar la "humana condición" en toda su complejidad es la tarea básica de toda educación. En este sentido conocer y comprender lo humano implica comprender su relación ambivalente con el universo, es decir aquellos aspectos que muestran su íntima relación con él, y, al mismo tiempo, aquellos aspectos que muestran su íntima extrañeza. Para tal fin retomar las preguntas esenciales e inseparables entre sí, de la tradición filosófica, ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos?, ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?, a la luz de la revolución científica y tecnológica del siglo XX y de sus errores y horrores políticos, económicos y sociales es una tarea que aquí se considera imperiosa.

Sin embargo, comprender y enseñar la "humana condición", actualmente implica situarse en una paradoja, porque si bien es cierto que en la actualidad existen abrumadores conocimientos e información sobre lo humano y su condición, la fragmentación y dispersión de ese caudal de conocimiento conforman el obstáculo mayor para su cabal comprensión y enseñanza.

En la actual constelación fragmentaria de las ciencias, el aporte de las humanidades ha sido extraordinario pero nunca suficiente ya que, en la mayoría de los casos, se ha excluido el aspecto cosmológico y el natural (la antigua y nueva Physis) de la "humana condición" o por el contrario se la ha reducido a determinismos biológicos, psicológicos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR