Desastre tras las protestas

CARACAS (AP/EFE).- Aparadores de tiendas destruidos, aceras ensangrentadas, cartuchos vacíos de armas de fuego y granadas de gases lacrimógenos se amontonaban ayer en varias barriadas de Caracas, como evidencia de los saqueos y manifestaciones violentas que sucedieron al derrocamiento y regreso al poder de Hugo Chávez.

En la mañana, caravanas de autos y motorizados portando banderas y haciendo sonar sus bocinas recorrían las calles del centro capitalino, en celebraciones por el retorno de Chávez a la Presidencia.

"Ellos se cuadraron con la rata de (Presidente interino Pedro Carmona) Estanga, ahora que paguen'', dijo un joven que caminaba a paso acelerado portando un horno de microondas, uno de los muchos artículos saqueados de tiendas en la barriada de Catia, al oeste de la ciudad.

Muchos de los saqueadores excusaron sus acciones asegurando que era en represalia contra comerciantes que habían acatado el paro general indefinido, convocado por las mayores organizaciones sindicales y empresariales del país la semana pasada.

La violencia provocó desde el jueves al menos 45 muertos y 333 heridos, confirmaron fuentes de la Defensa Civil.

Ante los acontecimientos, el comandante general de la Guardia Nacional de Venezuela (GN), Francisco Belisario, pidió la colaboración de la ciudadanía para poner...

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