'Descansan' narcos a todo lujo
| Autor | Selene Baldenegro, Martha Cázares y Juan José Ramírez |
No escatiman gastos. Se quieren ir a lo grande. Los narcotraficantes y sus familiares buscan un eterno descanso a todo lujo.
En Culiacán, un narcotraficante puede gastarse un millón de pesos para enterrar a algún familiar, o para su propia tumba. Mausoleos de cantera con hierro forjado y maderas preciosas. En algunos casos, recuerdos para que no quede duda: se van a la tumba con sus alhajas con figuras de rifles u hojas de mariguana, o en la tumba se colocan fotografías del difunto y sus amigos portando rifles "cuerno de chivo", o dibujan las avionetas donde solían transportar la droga.
Ostentosos, extravagantes, como cualquier narco que quiera aspirar a ser leyenda.
Cuenta un empleado de la funeraria Moreh, una de las principales de Culiacán:
"Nosotros cuando llegan familiares de narcotraficantes inmediatamente recibimos la orden de que no reparemos en gastos, ya que los dolientes pidieron lo mejor para el ser que se fue, quien haya sido. Escogemos las mejores flores en cantidad exagerada, muchas veces nos solicitan en su mayoría rosas rojas y alcatraces. El mejor ataúd, que puede costar hasta 500 mil pesos dependiendo el material".
Moreh no esconde lo bien que va el negocio. Su edificio en el centro de la ciudad es imponente. Un poco más modesta, pero con su parque funeral exclusivo ubicado al sur de Culiacán, Funerales San Martín es la segunda empresa de su tipo más solicitada para realizar "narcosepelios".
Un empleado de San Martín recuerda cuando prepararon el sepelio de un sobrino de Joaquín "El Chapo" Guzmán, barón de la droga en Sinaloa y Jalisco. El sobrino murió en julio pasado y el pago por el sepelio fue de un millón de pesos, entregado por una tercera persona. El empleado recalca: "Fue de un millón de pesos porque el sepelio fue sencillo".
El gasto del funeral sube si la familia quiere música, en cuyo caso se contrata una tambora a razón de 2 mil 500 pesos la hora.
Según cuenta un músico, al momento de pagar, los deudos del difunto muestran generosidad. "La verdad es que recibimos mucho más. Nosotros les decimos 'es tanto por hora', pero ellos cuando nos pagan nos dan hasta 10 mil pesos por cada hora que tocamos en el trayecto, cuando se dirigen a sepultar a alguien y al pie de la tumba".
A veces, dice, han tocado hasta 10 horas seguidas, en la procesión hasta la tumba.
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