Descubre novela laguna histórica

AutorSilvia Isabel Gámez

En el libro V de los Anales de Tácito, la crónica del principado de Tiberio se interrumpe en el año 29. El tiempo en que los historiadores sitúan la crucifixión de Jesús.

Para José Montserrat, esta laguna no es casual. El historiador y filósofo considera que los autores latinos de la época sabían la verdad: acusado del delito de sedición por levantarse en armas contra Roma, Jesús fue capturado y ejecutado sin juicio. Tácito incluyó este hecho en los Anales, plantea, y un cristiano de la Alta Edad Media, quizá un monje, tomó la iniciativa de mutilar la obra.

Debió ser así, dice, tal como lo cuenta ahora en su novela El silencio de Tácito (Ediciones B). "Creo que los monjes bibliotecarios lo hubieran conservado. Pienso que fue un particular quien arrancó un cuadernillo entero (de los Anales) y después rectificó la numeración para que los copistas no se dieran cuenta".

Otra razón para suponer que el pasaje fue expurgado es la referencia a Cristo que hace Tácito en el libro XV de los Anales. Esta mención extemporánea confirma que conocía la identidad del ajusticiado, lo cual hace más probable que consignara su muerte en los dos años -parte del 29, todo el 30 y parte del 31- que abarca la laguna histórica. Mostrar a Jesús como un salvador del pueblo de Israel y no de la humanidad, precisa Montserrat, era un hecho grave que convenía silenciar.

Traductor del copto, el griego y el latín, desarrolló esta tesis en los ensayos El desafío cristiano y Jesús, el galileo armado, pero ante el poco interés de sus colegas por debatir, decidió cambiar de registro. "A ver si por fin se enteran en el único lenguaje que parecen entender: la ficción".

Pero Adriano de Salerno, el copista del siglo VII que asume en su novela la tarea de salvar de la furia destructiva del monje Asterio las copias de los Anales que existen en Europa, se mueve a través de la historia. Cada dato tiene un fundamento y, para que no exista duda, el autor deja claro al final de la obra cuánto de su relato es ficticio.

Un hecho resulta para Montserrat concluyente: la mors aggravata (muerte agravada) que sufrió Jesús en la cruz se aplicaba en el derecho penal romano a quienes se sublevaban contra la autoridad, no a judíos desarmados.

Documentos como las Apologías de Justino y Atenágoras demuestran, señala, que quienes se asumían como cristianos recibían el mismo castigo que Jesús porque, bajo la ley de Roma, también eran considerados sediciosos.

"Si insistían en proclamarse cristianos, a los...

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