Deseaba ser actriz
| Autor | Fernando Martínez |
REFORMA / Enviado
Chihuahua / Chihuahua
La de Cruz Victoria Loya Montejano es una vida de luz y sombra: estudió teatro durante un año en una preparatoria técnica donde es identificada como una chica normal, pero un punto de quiebra en su vida fue su ingreso a la Policía Judicial del Estado.
La autora material del atentado al Gobernador Patricio Martínez, de ojos claros, diminuta figura y simpática, que nació el 10 de agosto de 1970 en esta ciudad, logró acreditar en 1987 el examen de admisión para incursionar en estudios técnicos de electrónica, considerado uno de los más complicados.
Faltaba un semestre para terminar su educación técnica media y por causas inexplicables optó por la deserción, aunque sus compañeros la recuerdan como una persona normal, algo introvertida, lejos de ser una muchacha agresiva o desequilibrada en sus facultades mentales.
A sus 17 años, durante su paso en el mismo plantel, manifestó interés por la actuación, el teatro, no faltaba a los ensayos los sábados, fomentó la amistad con sus compañeros y participaba en las personificaciones que obligaba la disciplina.
Ella es la octava hija del matrimonio formado por María Antonia Montejano y Jesús Loya, vivía sola en un cuarto independiente con sus padres en la calle 66 y medio y Santos en la colonia Cerro de la Cruz, un populoso sector en la periferia de Chihuahua.
Encuentro con el destino
Todo marchaba bien en la vida de Victoria hasta que decidió andar en el camino de la hostilidad representada en la Policía Judicial, cuando ingresó en 1994 a terminar sus estudios en la academia de la corporación.
Versiones de sus compañeros indican que fue una agente con actitud de servicio sin oponer resistencia cuando se trataba de dar el esfuerzo extra.
Sin embargo, un accidente en el tramo de la carretera Chihuahua-Delicias, en el punto conocido como el Ojito, modificó dramáticamente su vida.
Fuentes que prefieren el anonimato señalan que el dictamen médico practicado a consecuencia del accidente automovilístico en 1995 cuando estaba en servicio revelaría señales sobre el drástico cambio en su estado emocional.
La colisión no solo marcó su rostro con una alarmante cicatriz y una lesión en su rodilla derecha, sino también le dejó secuela en su vida que violentaron su comportamiento en sus relaciones interpersonales en su trabajo, con su familia y con su esposo.
Ya nada fue como antes
Cuando Victoria se desempeñaba como elemento de la Policía Judicial contrajo nupcias con Salvador...
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