'Hay un desencanto con el mundo'

AutorErnesto Núñez

Foto Héctor García

Cuando estaba por cumplir 60 años, Leonardo Padura descubrió que su generación tenía un drama de proporciones cósmicas: aquellos cubanos que nacieron en los años 50, y crecieron con la Revolución, eran demasiado jóvenes para morir, y demasiado viejos para reciclarse.

En paralelo, en aquel año de 2014, el detective Mario Conde observaba el calendario y, aterrado, contaba los días que faltaban para cumplir las seis décadas y convertirse en un "viejo de mierda".

Padura escribió una novela a la que tituló La transparencia del tiempo.

Conde le dio vida a la novela, protagonizando los dramas cotidianos de esa generación a la que el futuro prometido se le desvaneció por un golpe de la historia.

"En una Cuba futura, nuestro espacio cada vez va a ser más reducido, porque todo este cuento de que 'mientras más viejo más sabio' es una tontería... Es una generación a la que ya lo que le queda es rescatar la memoria y fijar esa memoria. Para los que escribimos, es una responsabilidad, y yo la asumo como tal", dice Padura.

-¿Hay un desencanto con la Revolución? -se le pregunta.

-Hay un desencanto con muchísimas cosas, hay un desencanto con el mundo. El sentimiento de desencanto que estamos viviendo es universal. No hay una expectativa, una idea de cambio que sea viable, de mejoramiento, de justicia social, no sólo en un país, sino a nivel universal -responde, sin concesiones.

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En 2013, Leonardo Padura Fuentes (La Habana, 1955) escribió el ensayo La generación que soñó el futuro, donde hace una revisión crítica de la Cuba de la larga era castrista.

"Mi generación, luego de tanto sacrificio, estudio, trabajo, combates, obediencia, experimentos y hasta marginaciones y negaciones, soñó con el futuro, porque el futuro era nuestro, según nos habían dicho", escribe el autor al rememorar los primeros años de la Revolución.

Pero llegó el año de 1989, la caída del Muro de Berlín, el fin del socialismo y el inicio del "período especial", en el que miles de cubanos encontraron, como única aspiración, la de emigrar para satisfacer individualmente sus necesidades vitales: dinero, casa, auto...

"Vivimos la frustración de todos nuestros sueños cuando el país cayó en la más profunda crisis económica que se pueda imaginar", recuerda el autor, "el futuro dejó entonces de ser un sueño tangible, para convertirse en una nebulosa donde todos los perfiles se difuminaban, en la que no se entreveía siquiera un horizonte".

Fue justo en 1989, cuando Padura empezó a escribir, en su "querida máquina" Olivetti, su primera novela, Pasado perfecto, en la que nace el detective Mario Conde, encargado en esa trama de localizar a un funcionario del Ministerio de Industrias cubano, desaparecido un día de Año Nuevo.

La novela fue publicada por primera vez en 1991 en una colección de novela policiaca titulada "Hojas negras", coordinada por Paco Ignacio Taibo II e impresa por la Universidad de Guadalajara.

En 1991, la Unión Soviética se extinguió oficialmente, Mijaíl Gorbachov entregó el poder y Francis Fukuyama escribió El fin de la historia y el último hombre, un best seller mundial que pregonaba el final de la guerra de...

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