Despedida de altura

AutorAugusto Atempa

El cortejo fúnebre del policía Pablo Vargas Carrada estuvo compuesto por más 50 agentes, un helicóptero que le dio el último adiós desde las alturas mientras su familia rezaba por su descanso eterno.

La mañana del sábado un conductor en estado de ebriedad embistió la motocicleta donde iba el uniformado con otro compañero. Pablo murió.

Fueron ocho años de trabajo en los que Pablo conoció a cientos de agentes; la mayor parte de su carrera la desempeñó en la Unidad de Protección Metropolitana Ambiental, ahí forjó amistades que lo acompañaron ayer durante su sepelio.

El cuerpo del agente fue llevado hasta el Panteón Civil de San Lorenzo. Su paso fue marcado por pétalos de rosas mientras la banda de guerra de la Policía hacía sonar tambores y cornetas.

Antes de ser enterrado su nombre fue nombrado por última vez: "¡Pablo Manuel Vargas Carrada!", gritó uno de los mandos.

La hija de 9 años del agente caído y su esposa embarazada se abrazaban...

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