Se despide El Padre de forma emotiva

AutorREFORMA / STAFF

A través de la forma en la que proyectó el miedo al olvido y la desesperación que vive un anciano, el primer actor Ignacio López Tarso conmovió al público en el cierre de temporada de la obra El Padre, que la noche del sábado develó una placa por 300 funciones.

Con una ovación de pie, el histrión se despidió del montaje en el Teatro San Jerónimo, donde 420 espectadores, cifra proporcionada por los organizadores, se dieron cita para divertirse y reflexionar con una historia emotiva y dura.

Discusiones y enredos familiares tuvieron lugar en el montaje por la terquedad del personaje del protagonista con su hija.

La gente no dudaba en soltar la carcajada frente a las ocurrencias del padre, que se rehusaba en todo momento a aceptar ser cuidado por una enfermera, pues la acusaba de ladrona.

Incluso, en un momento el protagonista diserta sobre la extrañeza que la causa que en la casa en la que ha vivido por 58 años se empieza a encontrar con personas que no conoce y le dicen vivir ahí también.

Impulsado por el desconocimiento de quienes le rodean, El Padre intenta seducir a su cuidadora, demostrando su talento en el baile y la magia.

Las situaciones, producto de la desgracia, desencadenaron aún más risas entre los presentes.

Después de dos horas amenas, por las ocurrencias del anciano, la trama encontró su nudo dramático y no faltaron los espectadores que derramaron lágrimas...

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