El destino de los héroes

AutorDora Luz Haw

Fusilados, asesinados o caídos a traición, los héroes mexicanos han hallado la muerte en forma trágica, a manos del enemigo, incluso antes de ver consolidado aquello por lo que tanto lucharon. Y aunque la historia y la literatura desde sus trincheras narran a detalle los últimos momentos de quienes dieron la vida por la Patria, en algunos casos la incógnita o la contradicción aún permean las versiones sobre su deceso.

Entre estas muertes trágicas, los independentistas Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Gertrudis Bocanegra y José María Morelos encontraron su fin en el paredón de fusilamiento. Sobre Francisco Primo de Verdad existen varias versiones sobre su muerte, todas violentas.

En cuanto a los próceres revolucionarios, cayeron a traición Emiliano Zapata y Francisco I. Madero, mientras que Francisco Villa fue abatido en una emboscada y Álvaro Obregón víctima de un fanático religioso, quien lo mató durante un festejo en un restaurante.

Independencia

Francisco Primo de Verdad y Ramos

1760-1808

Algunos dicen que fue envenenado, otros que ahorcado e incluso se ha mencionado que fue asesinado utilizando un clavo que lo ahogó lentamente, lo único certero es que la muerte llegó a Francisco Primo de Verdad y Ramos mientras se encontraba preso. Se dice que el rigor con que se le trató en un cuarto que servía para encerrar a los sacerdotes viciosos o que habían cometido alguna falta, la mala alimentación que se le daba y la lejanía con su familia, fueron motivo para que su espíritu decayera.

A los 19 días de haber sido privado de su libertad, falleció violentamente.

El cadáver de este personaje, protagonista del primer intento de Independencia, al proponer asumir la soberanía del pueblo ante la falta de autoridades en Madrid debido a la invasión napoleónica, fue sepultado al día siguiente en la Capilla del Sagrario de Nuestra Señora de Guadalupe.

Miguel Hidalgo y Costilla

1753-1811

"La mano derecha que pondré sobre mi pecho, será, hijos míos, el blanco seguro a que habéis de dirigiros", dijo Miguel Hidalgo a quienes lo llevarían al patíbulo.

Los insurgentes, derrotados en Puente de Calderón, en Jalisco, buscaron huir a Estados Unidos, pero fueron hechos prisioneros.

El carácter eclesiástico de Hidalgo hizo su proceso más largo. Tras la sentencia de degradación sacerdotal, el Consejo de Guerra lo condenó a ser pasado por las armas, pero no en la plazuela pública como a sus correligionarios, ni tirándole a la espalda, sino al pecho. No...

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