Destruye bosques invasión hormiga

AutorArturo Páramo y Alejandro Ramos

En la zona de conservación ecológica de Tlalpan, los 234 asentamientos irregulares que ahí se localizan saltan a la vista, se observan en la montaña, en las cañadas, entre las milpas y en lo profundo del bosque, y a pesar de que las autoridades delegacionales han realizado denuncias penales en contra de quienes los han edificado, afirman que es necesaria la ayuda del Gobierno federal para frenarlas.

Ante la magnitud que alcanzan las invasiones, Mireya Imaz, directora de ecología de esa demarcación, afirmó que se requiere de una política de Estado que redefina el área urbana, y proteja los bosques y pastizales del sur de la ciudad.

La zona afectada por las invasiones hormiga ha ocupado una superficie de 839 hectáreas, que equivale a la extensión total del Bosque de Chapultepec.

La invasión hormiga consiste en construir una choza precaria en una paraje, cañada o detrás de un grupo de árboles para evitar que sea localizada a primera vista, y al paso de los meses consolidar la construcción con tabique y concreto.

Otra variante es la expansión de las colonias comunales que están asentadas en la zona, mediante la construcción paulatina de más casas junto a las colonias comunales -asentamientos de comuneros- en torno a los restaurantes, a las pistas de motocicletas o veredas para caballos en el Ajusco medio, y en la cercanía de las carreteras Picacho Ajusco y federal a Cuernavaca.

En el Ajusco, por ejemplo, se invadió un paraje conocido como El Zacatón, que se encuentra en proceso de regulación.

En el asentamiento comunero Héroes de 1910, los propios comuneros iniciaron un proceso de fraccionamiento en las faldas del Xitle para la venta a particulares, dañando cerca de un millón de metros cuadrados del bosque.

Cerca de Santo Tomas Ajusco hay casas esparcidas por parajes y barrancas donde también se deposita cascajo y basura.

En Topilejo también hay casas recientemente construidas bajo torres de alta tensión, en las cabeceras de las milpas, e incluso hay sitios donde los lotes al borde de la carretera se encuentran señalados con estacas de un metro de altura.

La mayoría de los casos se tratan de construcciones precarias de madera y láminas, también las hay de tabique y concreto.

Tanto en el Ajusco como en Topilejo hay predios donde se deposita cascajo o sirven para aparcar camiones foráneos y cajas de tráiler. Los terrenos son vigilados por perros y en algunos casos hay gente armada custodiando.

De acuerdo con Imaz, ya no hay grupos organizados que...

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