Reportaje/ En desventaja
| Autor | Alejandra Benítez |
México no puede equipararse a sus rivales de la Confederación de Futbol en cuanto al tema de la exportación pues con apenas cuatro jugadores en el extranjero, prácticamente le es imposible competir con los demás.
Este punto es el talón de Aquiles del futbol mexicano, quien a pesar de tener una de las Ligas más competitivas de la zona e incluso a nivel mundial, nada ha podido hacer para que sus jugadores trasciendan.
Las respuestas podrían ser muchas e irían desde una falta total de promoción hasta las condiciones económicas pues la mayoría de los clubes esperan vender a los mexicanos en grandes sumas, tratando de sacar el mayor provecho posible.
Mucho se trata de justificar con una supuesta idiosincrasia, en la que la añoranza y la flaqueza de carácter termina por avasallar en muchas ocasiones al jugador, quien no soporta la presión de un medio en el que la lucha por un lugar en la cancha se vive sin cuartel, sin la atención que solía centrar en México, por lo general ganando menos dinero y sometido a mayores exigencias en los entrenamientos y concentraciones, y para colmo, soportando la tensión que le genera su familia, que pocas veces logra adaptarse.
Esas circunstancias justifican que el futbolista mexicano opte por el regreso al mercado local, donde generalmente está bien cotizado y en el nivel en el que es atractivo para el futbol extranjero, gana mucho más de lo que podrían pagarle fuera.
Para el mercado del viejo continente, las grandes transacciones están dirigidas a figuras consagradas y como en el fondo cualquier transacción es una apuesta, prefieren voltear hacia los mercados argentinos y brasileños, que están consolidados como seguros proveedores de talento desprovisto de nostalgias.
El resto de las transferencias, las que se hacen con los mercados emergentes del balón, se realizan con base en préstamos, en donde, por supuesto, lo que se arriesga es menos.
A pesar de que la Liga mexicana tiene calidad, tal y como lo ha demostrado en sus participaciones en la Copa Libertadores y en el Mundial de Clubes, tiene que darse un triunfo importante como fue el subcampeonato de Cruz Azul o los terceros lugares en la Copa América para que los directivos de otros continentes vuelvan la cara hacia tierras mexicanas.
Y ahí está el gran paradigma, la única carta que México puede poner sobre la mesa sin sonrojo, Hugo Sánchez, un jugador que si se encontrara activo y anotando más de 30 goles por torneo, como en sus buenos años, sería uno de los...
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